Dudas sobre la continuidad del apoyo financiero de Venezuela fueron manifestadas por el gobierno cubano ya durante la enfermedad de Hugo Chávez. Un informe secreto de la cancillería brasileña, preparado para la presidente Dilma Rousseff con motivo de su reunión con Barack Obama el 09ABR12, comenta la situación de Cuba. Para la fecha de la visita de Rousseff a EEUU, Hugo Chávez se encontraba en La Habana recibiendo tratamiento, supuestamente de radioterapia, tras la operación a la cual había sido sometido el mes anterior. Según narra el informe brasileño, “hay un fuerte temor en Cuba sobre la sustentabilidad del apoyo [de Venezuela] a largo plazo. Cuba intenta reducir su dependencia de Venezuela por medio del fortalecimiento de lazos con países como Brasil, China, Vietnam y Argelia”.
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La hiperquinética diplomacia presidencial latinoamericana con Caracas como epicentro, de moda en tiempos de Hugo Chávez y su diplomacia petrodolarizada, parece haberse apagado. Las usuales reuniones presidenciales con sede en Venezuela, han tendido a desaparecer. Los mandatarios del Mercosur, por ejemplo, no se reúnen desde julio del 2013, con lo cual han abandonado su rutina de cumbres presidenciales semestrales. Nicolás Maduro debió entregar la presidencia “pro tempore” del Mercosur a Cristina Kirchner en diciembre del 2013 en Caracas, evento que a la fecha no se ha cumplido. El accidente cerebral de la presidente argentina, la crisis política en Venezuela, la organización de la Copa del Mundo en Brasil han sido excusas para que los mandatarios de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay no encontraran fechas disponibles en sus agendas para mostrarse en tierras venezolanas.
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Por su parte, los presidentes de Unasur han estado rehuyendo la solicitud presentada, de forma reiterada por Nicolás Maduro, para celebrar una cumbre presidencial extraordinaria en Caracas. Maduro aspira mostrar a sus colegas los supuestos planes golpistas y magnicidas que el Gobierno venezolano achaca a la Oposición y a EEUU. Maduro pidió en febrero a sus colegas suramericanos la celebración de una cumbre, la cual fue rechazada por Perú y Chile. La solicitud fue reiterada por Maduro mediante carta entregada el 23MAY14 a los once gobiernos de Unasur en la cual pedía una reunión “a la brevedad”. Mediando el mes de junio el pedido no ha sido atendido y sólo se prevé la celebración en Montevideo, el próximo mes de agosto, de la reunión anual ordinaria del Consejo de Jefes de Estado.
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La reelección sin límites, receta implementada por Hugo Chávez en Venezuela, cobra cuerpo en los otros países del Eje Caracas-La Habana. El más reciente candidato para establecer una reelección eterna en su país es el ecuatoriano Rafael Correa. En su mensaje anual al parlamento, el 24MAY14, Correa anunció que impulsará junto con su partido, que cuenta con amplia mayoría en la Asamblea Nacional, la reforma de la Constitución para eliminar las restricciones a la reelección indefinida. Posteriormente, el 31MAY14, en su usual programa de Tv sabatino, Correa afirmó que la alternancia en el poder es “pura teoría burguesa” y dejó saber que optará para un cuarto mandato consecutivo, caso que sus opositores muestren opciones de ganar las elecciones del año 2017. A efectos de Correa, el triunfo de la oposición no izquierdista sería “la restauración conservadora”, la cual pretende impedir. La aprobación de la reforma constitucional en Ecuador, sin requerir un referendo popular y contando sólo con los votos de parlamentarios, es una vía que podría habilitar la Corte Constitucional, cuyos miembros escogidos en 2012 reiteradamente han sido señalados como prooficialistas.
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El próximo 12OCT14 se realizará elecciones presidenciales en Bolivia. Tal como ocurriera en Nicaragua en 2011 por parte de Daniel Ortega y por Chávez en Venezuela en 2012, Evo Morales busca un nuevo mandato presidencial consecutivo violando la Constitución de su país. Las pocas mediciones existentes muestran, por ahora, un casi inevitable triunfo de Morales ante una oposición desarticulada.
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Los procesos de reformas legales por parte de los gobiernos “bolivarianos” para garantizar su permanencia en el poder es bastante similar. En diciembre de 2007, Hugo Chávez sufrió una derrota electoral al intentar reformar masivamente la Constitución por él mismo instaurada. Uno de los aspectos rechazados en el referendo del 2007 fue la ampliación a siete años de cada mandato presidencial y el establecimiento de la reelección consecutiva indefinida. El rechazo a la reforma implicaba que el tema quedaba congelado hasta el siguiente período constitucional ya que no podría ser nuevamente sometido a referendo. Poco más de un año después, el 03FEB09, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, controlada por el Ejecutivo, permitió la convocatoria de un nuevo referendo para lo que calificó como “enmienda constitucional”, abriendo así la vía para que Chávez se postulara nuevamente en 2012. Por su parte, Daniel Ortega en ejercicio de la Presidencia de Nicaragua desde el 2007, logró burlar la prohibición constitucional que le prohibía presentarse en 2011 para un nuevo mandato. El 09OCT09, la Sala Constitucional de la Corte Suprema nicaragüense, controlada coyunturalmente por votos sandinistas, aprobó un recurso de “amparo” a favor de Ortega, ordenando a las autoridades electorales aceptar la postulación de Ortega para un nuevo mandato. La estrategia de Morales para mantenerse en el gobierno fue similar a la ejecutada por Ortega. La actual Constitución boliviana, impulsada y aprobada por Morales en 2009, estableció que el Presidente en ejercicio puede ser reelecto “por una sola vez de manera continua”. Incluso, en sus “disposiciones transitorias”, la Constitución de Morales establecía que “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones”. Más claro, imposible. Pese a la expresa y clara prohibición de una segunda reelección, Morales quien fue electo en 2005 y reelecto en 2009, logró que el Tribunal Constitucional Plurinacional emitiera el 25ABR13 una sentencia que le autorizó una segunda reelección.
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La campaña electoral colombiana con vistas a las elecciones del 15JUN14 termina como arrancó, con el país sumido en un estado de alta crispación política y, con un debate electoral protagonizado por Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe. Los ataques en la campaña, que confronta a dos representantes de la élite dirigente colombiana, han tocado y herido fibras sensibles de la institucionalidad del país, entre ellas las de las Fuerzas Militares y la majestad misma de la Presidencia de la República.
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El candidato del uribismo, Oscar Iván Zuluaga, quien ganó la primera vuelta electoral, se declaró enfermo de laringitis el martes 10MAY14 y se refugió en su domicilio, en una salida de escena poco clara. Se ignora si fue un consejo de sus asesores de marketing político o una decisión personal. La noche anterior, Zuluaga había escenificado el último debate televisado, donde se mostró certero en sus ataques temáticos contra Santos pero irascible en su conducta. La presencia de Zuluaga en los medios, a cinco días de la segunda vuelta, quedó a cargo del expresidente Álvaro Uribe y de un grupo de conmilitones del uribismo. Uribe optó por denunciar falta de garantías electorales, la compra de votos por el santismo y a reforzar sus ataques contra la política militar del Gobierno Santos. Si bien los uniformados colombianos no votan, el uribismo está jugando a la carta de conquistar los sufragios de casi medio millón de hogares vinculados con militares y reforzar sus votos entre sectores partidarios de la salida militar ante las Farc. A pocas horas de las elecciones, el expresidente Cesar Gaviria, jefe de campaña de Santos, acusó a Uribe de estar invitando a “la insubordinación de la fuerza pública”.
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Diversos reportes dan cuenta de la intensa actividad que los aliados de Santos ejecutaron en las últimas semanas en la provincia colombiana. El reto de los barones electorales regionales, aliados con Santos, y de sus operadores es reducir el porcentaje de abstención y movilizar votantes el domingo, buscando sobrepasar el “techo uribista” a nivel nacional. Resulta difícil hacer una previsión sobre los resultados electorales, pero de concretarse el remolque de votos por el aparato pro-santista, el presidente candidato tiene grandes opciones de lograr su reelección. De lo contrario, el peso político que representa Uribe colocará a Zuluaga en la Casa de Nariño.
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