Informe Otálvora del 03 de noviembre de 2018
El asesor de seguridad nacional de EEUU John
Bolton el 01NOV18 en Miami (Foto Diario Las Américas/EFE).
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El gobierno de Donald Trump está
unificando su visión y sus orientaciones de política exterior hacia los
regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Lo que hasta ahora eran susurros en
Washington finalmente quedó patente en
un muy publicitado discurso que el asesor de Seguridad Nacional de EEUU, John
Bolton, ofreció desde la “Torre de la Libertad” en Miami el 01NOV18.
En su discurso escrito, Bolton se refirió
a una “troika de la tiranía” y a un “triángulo de terror” para referirse a la
dictadura cubana y sus ramificaciones en Venezuela y Nicaragua. Los gobiernos
de Miguel Díaz-Canel (“fachada de un nuevo mascarón”), Nicolás Maduro y Daniel Ortega actúan en
conjunto, son dictatoriales y representan una ola de “opresión, socialismo y
totalitarismo” en el continente. Con ese diagnóstico como guía, el gobierno
Trump asume que el “tema Venezuela” no está aislado de la política de EEUU
hacia La Habana y que parte de las acciones de Washington para la
redemocratización de Venezuela deben orientarse a presionar al régimen
castrista. Cuba, Venezuela y Nicaragua son, por lo menos mientras Bolton
mantenga su alta influencia en la Casa Blanca, parte de un mismo asunto.
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Bolton fue el emisario de la Casa Blanca
sobre un nuevo esquema de sanciones contra el gobierno de Maduro, así como la
ratificación de sanciones contra altos mandos cubanos y nicaragüenses. Mientras
el asesor exponía en Miami los lineamientos, simultáneamente la Casa Blanca
divulgaba el texto de una nueva orden ejecutiva de Trump orientada a impactar
fuertemente las fuentes de financiamiento del régimen venezolano. La Orden
Ejecutiva del 01NOV18 permitirá al Departamento del Tesoro bloquear las
propiedades en EEUU de personas y empresas involucradas en el negocio del oro
manejado por el gobierno Maduro como su nueva proveedora de divisas en
reemplazo a la desahuciada industria petrolera. El Departamento de Tesoro tras
consultas con el Departamento de Estado podrá aplicar sanciones a agentes
económicos de otros sectores y no sólo a quienes participan en el negocio
aurífero. Con ello, la nueva orden ejecutiva se convierte en la mayor sanción
aprobada por EEUU contra el régimen chavista al crear la base legal para
inhibir prácticamente cualquier actividad de empresas con el gobierno de
Venezuela. Además, la orden ejecutiva autoriza sanciones contra personas o
empresas que participen con “prácticas de corrupción” en “programas administrados”
por el gobierno de Venezuela. Hasta ahora, Washington había experimentado con
sanciones individuales contra altos jerarcas chavistas, con la prohibición a
personas y empresas asentadas en EEUU de negociar con deuda estatal venezolana
y con exigencias al sector financiero estadounidense para supervigilar las
transacciones internacionales de los entes estatales venezolanos. Ahora, Trump
ha ido a fondo aumentando el riesgo patrimonial que corre cualquier empresa que
tenga intereses en EEUU y pretenda hacer negocios con el gobierno Maduro.
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Por cierto, la fecha y el lugar escogido
para los anuncios de John Bolton no parecieran casuales. Faltando menos de una
semana para las elecciones de medio término en EEUU, el discurso de Bolton
cumplió con el doble propósito de enunciar líneas de política exterior hacia el
hemisferio y, además, trasmitir un mensaje que mueva a electores latinos a los
centros de votación a favor de los candidatos republicanos.
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En la agenda de cancillerías del
continente y de Europa el día 10ENE19 está marcado con una palabra:
“Venezuela”. De acuerdo con la actual Constitución, el “periodo
constitucional”, el lapso del mandato presidencial, se inicia el día 10 de
enero siguiente a la elección. Es decir, el gobierno encabezado por Nicolás
Maduro que arrancó el 19ABR13 tiene su fin el 10ENE19.
Convocadas por su asamblea constituyente,
Maduro se proclamó triunfador de las votaciones del 20MAY18 pero decenas de
gobiernos no reconocen ese proceso y sus resultados. A medida que se acerca el
año 2019 aumenta la expectativa sobre el significado que en términos operativos
tendría ese no reconocimiento a un nuevo gobierno de Maduro.
Según el ministro de exteriores del
gobierno socialista español, Josep Borrell, “la legitimidad democrática de
Maduro acaba el 10 de enero”. Pero esa afirmación, no pareciera que
representará, por ejemplo, una ruptura de relaciones diplomáticas por parte del
gobierno de Pedro Sánchez que juega expresamente a mejorar sus relaciones con
el régimen cubano. En declaraciones al portal español OKDiario del 17OCT18,
Borrel dejó entrever una interpretación acomodaticia del dilema ante el “nuevo”
gobierno de Maduro. Dijo Borrell que “Maduro ahora y hasta el 10 de enero tiene
la legitimidad de unas elecciones que nosotros reconocemos (…) Nosotros no
reconocemos gobiernos, reconocemos estados. Pero sí, hay un problema político,
porque este señor a partir del 10 de enero no es un representante político”.
Reconocer al “estado” y no al “gobierno” pareciera la fórmula que adelantará el
actual gobierno español. Pero esa es sólo una de las opciones que se mueven a
nivel internacional.
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El Grupo de Lima, el foro de análisis y
concertación de políticas hacia Venezuela que reúne a más de una decena de
gobiernos americanos, está reactivado. En los meses recientes el grupo vivió
una suerte de crisis de identidad con evidentes diferencias entre sus miembros
en el enfoque de la crisis venezolana sumado a cierto desinterés del actual
gobierno de Brasil sobre el papel del grupo.
El 31OCT18 tuvo lugar en el Palacio de
San Carlos sede de la cancillería colombiana, una reunión a nivel de
vicecancilleres o representantes especiales en la cual se dieron cita enviados
de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras,
México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía. El evento fue copresidido por la
anfitriona viceministra de Asuntos Multilaterales de Colombia, Adriana Mejía
Hernández y el viceministro de Relaciones Exteriores de Perú Hugo de Zela. El
encuentro convocado con carácter consultivo tenía como propósito iniciar los
preparativos para una próxima reunión de cancilleres que podría ocurrir a
principios del mes de diciembre. El vicecanciller peruano resaltó que el
encuentro en Bogotá sirvió para “renovar la unidad del grupo”.
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Según un comunicado de la cancillería
peruana, el principal tema de la reunión del Grupo de Lima fue el inevitable
10ENE19. Los asistentes dedicaron largo rato para analizar las consecuencias de
la declaración que los cancilleres del grupo emitieron el 21MAY18, pocas horas
después de finalizadas las “elecciones” en las cuales Maduro se declaró
ganador. En aquella ocasión los gobiernos miembros informaron que “no reconocen
la legitimidad del proceso electoral desarrollado en Venezuela que concluyó el
pasado 20 de mayo, por no cumplir con los estándares internacionales de un
proceso democrático, libre, justo y transparente”. Ahora, pasados más de cinco
meses de aquella declaración, el Grupo de Lima analizó en Bogotá “las acciones
que adoptarán ante el inicio, el 10 de enero, del nuevo período presidencial de
Nicolás Maduro, resultado de las elecciones consideradas como ilegítimas. En
ese sentido, se evaluaron y exploraron diversas opciones y un amplio rango de
alternativas de acción”.
En general, los gobiernos de EEUU, Europa
y los miembros del Grupo de Lima no son partidarios de romper relaciones
diplomáticas con Maduro lo que significaría el cierre de sus misiones
diplomáticas en Caracas. Además, las relaciones entre la cancillería de Maduro
y numerosas representaciones diplomáticas extranjeras en Caracas. se encuentran
virtualmente congeladas. El 10ENE19 se ha convertido en un reto para las
cancillerías del Continente que procuran acuerdos de acción coordinada ante el
régimen chavista. Las tomas de posesión de Andrés López Obrador como presidente
de México el 01DIC18 y de Jair Bolsonaro el 01ENE19 como presidente de Brasil
impactarán en la orientación de las acciones colectivas continentales de
presión al gobierno Maduro. Estos cambios en la conducción de las dos
principales economías latinoamericanas forman parte de las incertidumbres que
las cancillerías del continente están evaluando. López Obrador no continuará
con la política del gobierno de Enrique Peña Nieto de gran activismo en cuanto
a la crisis venezolana. Bolsonaro por su parte ha ratificado una línea dura
ante el régimen chavista pero, por ahora, se muestra poco afecto al trabajo en
colectivo con sus vecinos suramericanos.
En su discurso en Miami del 01NOV18, John
Bolton calificó a Bolsonaro, así como el colombiano Iván Duque, como líderes
afines a EEUU en contraste con "los tres chiflados del socialismo"
como calificó el asesor de Seguridad Nacional estadounidense a Maduro, Ortega y
Díaz-Canel.