Informe Otálvora del 01 de diciembre de 2018
Sergio Moro (der.)
junto a Jair Bolsonaro el 20NOV18 en la sede de la Fiscalía General de Brasil
en Brasilia. Foto: Agência Brasil
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Los partidarios de Andrés
Manuel López Obrador intentan convertir su toma de posesión como presidente de
México en una suerte de convención de la izquierda castrista del Continente con
la realización de una sesión del Foro de São
Paulo. Aparte de la invitación a Nicolás Maduro que generó críticas en
México, entre los invitados al evento se encuentran, entre otros, la
expresidente argentina Cristina Kirchner, la cúpula de las Farc colombianas y el
destituido presidente de Honduras Manuel Zelaya quienes se unirían a Evo
Morales y al cubano Miguel Díaz-Canel. Kirchner, quien para ausentarse del país
debe obtener autorización del tribunal que actualmente la enjuicia por
corrupción, desistió de viajar a México. Los jefes guerrilleros colombianos Rodrigo
Londoño y Rodrigo Granda recibieron autorización del tribunal de “Justicia
Especial” para salir de Colombia y se aprestaban a viajar a México pese a que
sobre Granda penden ordenes de captura internacional por secuestro y
terrorismo.
El cambio en la
política exterior mexicana, a partir del 01DIC18, se da como un hecho en
diversas cancillerías del continente. El envío de un embajador a Caracas,
violando los acuerdos del Grupo de Lima, pudiera ser uno de los pasos de la
cancillería de AMLO.
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Eduardo Nantes Bolsonaro,
abogado, capitán de la reserva del ejército brasileño y diputado reelecto al Congreso de su país visitó
Washington los días 26 y 27NOV18 donde fue recibido por altas figuras del
gobierno y la política estadounidense. Hijo del presidente electo de Brasil, Eduardo Bolsonaro desarrolló una
agenda que refleja el interés compartido entre el próximo gobierno brasileño y
la administración Trump de tender puentes. Las visitas de Bolsonaro comenzaron
en el Departamento de Estado donde fue recibido por la subsecretaria de Estado
para el Hemisferio Occidental Kimberly Breier. No hubo foto oficial del
encuentro pero la subsecretaria Breier se encargó de publicitarlo en su cuenta
Twitter.
Cuando Jair Bolsonaro
viajó a EEUU en otoño de 2017 en una caótica gira acompañado de sus tres hijos
mayores, era visto en la Casa Blanca como una curiosidad política suramericana
a la cual el gobierno Trump no tomaba demasiado en serio, mientras la izquierda
estadounidense boicoteaba sus actividades al extremo de oponerse a una
conferencia prevista en la Universidad George Washington. Pero en el último año
fueron tendiéndose puentes entre la familia Bolsonaro y el entorno más
conservador del trumpismo. Según fuentes consultadas en Washington y
Brasilia, Steve Bannon, estratega
electoral de Donald Trump y referente de la “nueva derecha” a nivel
internacional, habría sido pieza importante para entroncar a Bolsonaro con el
Washington oficial.
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Ahora, con su padre
electo Presidente de Brasil, la lista de interlocutores de Eduardo Bolsonaro en
EEUU fue particularmente amplia incluyendo
al yerno y asesor presidencial Jared Kushner, al subsecretario del Tesoro David
Malpass, a los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, al congresista James
Sensebrenner, a un asistente del vicepresidente Mike Pence y funcionarios del
Consejo Nacional de Seguridad y del Departamento de Comercio. En la agenda del
brasileño en la capital de EEUU también figuró una visita al secretario general
de la OEA Luis Almagro, además de una cena por el cumpleaños de Steve Bannon a quien
Bolsonaro junior califica como “un ícono en el combate contra el marxismo
cultural”. En Nueva York, Bolsonaro fue recibido por Rudolph Giuliani. De su
encuentro con Jared Kushner, Bolsonaro salió llevando una gorra deportiva en su
cabeza con un mensaje a favor de la reelección de Donald Trump en las
elecciones del 2020. Con Kushner,
Bolsonaro habría conversado sobre la presencia de organizaciones terroristas en
Brasil, el traslado a Jerusalén de la embajada brasileña en Israel y sobre el
tema omnipresente en todas las conversaciones de los Bolsonaro con los
funcionarios estadounidenses: coordinar política hacia Venezuela y Cuba.
Tras su viaje a EEUU,
Eduardo Bolsonaro presidirá una “Cumbre Conservadora” convocada para el 08DIC18
en Foz do Iguaçu, en la triple frontera Brasil-Argentina-Paraguay. En el
evento, según la convocatoria, intervendrían tres ponentes colombianos: el
expresidente Álvaro Uribe Vélez, el general retirado Jorge Jerez Cuellar y la
senadora uribista María Fernanda Cabal. El
ideólogo de la “nueva derecha” brasileña Olavo de Carvalho intervendría vía
internet desde su residencia en Richmond, EEUU. Opositores cubanos y
venezolanos, ponentes llegados de Chile, Paraguay y España formarían parte de
los ponentes del evento organizado por Bolsonaro.
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Durante su estadía en
Washington, Eduardo Bolsonaro explicó a sus interlocutores la línea de acción
que el gobierno de su padre propone para aumentar la presión internacional
sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Bolsonaro anunció que se organizaría un
equipo formado por los nuevos ministros de Relaciones Exteriores y de Justicia,
el embajador Ernesto Araújo y el juez Sergio Moro para aplicar la Convención de
Palermo (Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional) a los gobiernos de Venezuela y Cuba. Según el diario paulista
Estadao, la estrategia conjunta de Brasil y EEUU podría implicar la utilización
de equipos brasileños de investigación de crímenes financieros. Sergio Moro,
quien asume el Ministerio de Justicia en el gobierno Bolsonaro, fue el juez federal que lideró el
proceso judicial denominado “Lava Jato” e impuso condena de nueve años de
cárcel a Lula da Silva. Congelar todo lo que “remite y pasa por las dictaduras
cubana y venezolana” es el esquema propuesto por Eduardo Bolsonaro.
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Tal como estaba
previsto, el 29NOV18 el influyente Consejero de Seguridad Nacional de EEUU, John
Bolton, hizo una parada en Brasil en su viaje hacia Buenos Aires. Jair
Bolsonaro recibió a Bolton con un saludo militar en la puerta de su residencia
familiar en Río de Janeiro tras lo cual se produjo un desayuno y un encuentro
privado, que según varias fuentes fue en un clima distendido casi familiar.
Bolsonaro se hizo acompañar de su hijo y diputado Flavio Bolsonaro, del actual
canciller Aloysio Nunes así como de sus futuros ministros de Defensa, Relaciones
Exteriores y del próximo jefe del Gabinete de Seguridad Institucional. El
encargado del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de EEUU,
Mauricio Claver-Carone, formó parte del séquito de Bolton. Las declaraciones de Bolsonaro y un tuiteo de
Bolsonaro fueron poco explícitos sobre el contenido de las conversaciones pero,
sin duda, el nuevo gobierno de Brasil pretende convertirse en un cercano aliado
de EEUU con base en acciones coordinadas de política exterior sobre Venezuela,
Cuba, Israel. Bolsonaro tiene esperanzas que esa alianza política se convierta
en ventajas comerciales para Brasil, asunto que no puede darse por descontado
dada la línea proteccionista del gobierno Trump.
Por cierto, los
enunciados de Bolsonaro sobre política exterior comienzan a crear reacciones en
Europa. El presidente francés Emmanuel Macron, de visita en Buenos Aires,
afirmó el 29NOV18 que el futuro del acuerdo comercial que negocian la Unión
Europea y Mercosur ahora está en manos de Bolsonaro. "No podemos pedir a
los agricultores y trabajadores franceses que cambien sus hábitos de producción
para liderar una transición ecológica y firmar acuerdos comerciales con países
que no hacen lo mismo”. Macron, de esta manera, hace depender la aprobación de
un acuerdo comercial UE-Brasil al cumplimiento brasileño de lo pactado en el
Acuerdo de París sobre cambio climático asunto al cual se opone Bolsonaro. La
respuesta de Bolsonaro a Macron llegó pocas horas después vía Twitter: Sujetar
automáticamente nuestro territorio, las leyes y la soberanía a las imposiciones
de otras naciones está fuera de discusión”. La posición de Bolsonaro de rechazo
a controles ambientales internacionales podría convertirse en la excusa europea
para no avanzar en un acuerdo comercial que tiene grandes objeciones entre
agroproductores europeos. Por su parte, Bolsonaro tiene a los grandes
empresarios de agronegocios de Brasil entre sus principales bases de respaldo,
por lo que el brasileño no pretende debilitarlos con acuerdos comerciales.
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El tema de la masiva
migración de venezolanos a los países del vecindario tiende a desaparecer de
las pautas noticiosas, pero se mantiene como un serio y creciente problema para
los gobiernos de los países receptores.
El secretario general
de la ONU, António Gutterres, quien viajó a Buenos Aires para participar en la
Cumbre del G20, declaró el 29NOV18 que pretendía solicitar a las grandes
potencias presentes en el evento “garantizar los fondos necesarios para hacer
llegar la ayuda humanitaria a los venezolanos (…) para dar una respuesta al
dramático flujo de venezolanos”.
Pocas horas después,
el 30NOV18, la sede de la cancillería ecuatoriana en Quito fue escenario para
una reunión en procura de recursos financieros para dar respuesta a “las
personas venezolanas en situación de movilidad humana”. A la mesa de reunión se
presentaron enviados de EEUU, Unión Europea, Hungría, Canadá, Israel, Japón
Corea del Sur, Suiza, Portugal, Alemania, España, Italia, Francia, Austria y Reino
Unido, además de organismos como Banco Mundial, BID y CAF.
Por su parte, el
presidente colombiano Iván Duque junto a su gabinete ministerial, aprobó el
23NOV18 la “Estrategia para la migración desde Venezuela” que incluye un plan a
cuatro años para atender la llegada de venezolanos y de colombianos retornados.
Según el “Documento Compes” aprobado por Duque, “en los últimos 16 meses, la
migración venezolana se ha más que quintuplicado, pasando de 171.783 migrantes
provenientes de Venezuela en mayo del 2017 a 1.032.016 en septiembre de este
año.