Artículo Exclusivo para DefesaNet del 23 de abril de 2025
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El presidente de Guyana Irfaan Ali y el secretario Marco Rubio el 27MAR25 en Georgetown, Guyana. Foto: Departamento Estado EEUU |
El secretario
de Estado del gobierno de Donald Trump, Marco Rubio, gusta decir que “EEUU
quiere ser amigo de nuestros amigos”. El gobierno de EEUU pareciera no ver en
Brasil a un amigo y quizás por ello Brasil no figura en la lista de prioridades
de la diplomacia estadounidense.
En una
entrevista que le hiciera Donald Trump Jr. a Rubio el 08ABR25, el primer latino
en ocupar la Secretaria de Estado afirmó que “durante mucho tiempo, si se era
un aliado estadounidense o proestadounidense en la región, les ignorábamos y,
en algunos casos, incluso les tratábamos mal. Pero si era una molestia, como
Nicaragua, Cuba o Venezuela, hacíamos todos estos tratos con ellos para que
estuvieran contentos. Así que hacíamos tratos con quienes nos odiaban y, o bien
descuidábamos o, a veces, éramos abiertamente hostiles con los países
proestadounidenses”.
Lo cierto
es que Brasil, hasta la fecha, no aparece en las referencias públicas de las
gestiones de política exterior del gobierno Trump, más allá del tema global de
la guerra arancelaria emprendida por Trump.
Rubio,
durante su carrera como senador por Florida, mantuvo posiciones de choque
contra la izquierda continental incluyendo a Lula da Silva, lo que comenzó a
reflejarse en la posición del Departamento de Estado. El 26FEB2 en la cuenta en
X de la oficina para el Hemisferio Occidental, el Departamento de Estado ya
bajo el mando de Rubio, dejó saber que seguía de cerca y criticaba las acciones
de censura y persecución a medios que ejecuta la cúpula judicial brasileña. “El
respeto por la soberanía es un camino de dos vías con socios de EE.UU.,
incluyendo Brasil. Bloquear el acceso a información e imponer multas a
compañías basadas en EE.UU. por negarse a censurar personas de EE.UU. es
incompatible con los valores democráticos”, decía el Departamento de Estado,
en la que es quizás la única referencia política del gobierno Trump sobre
Brasil, en ese caso a propósito de la suspensión del portal Rumble por el
máximo tribunal brasileño.
Brasil
fuera de las listas de invitados
Donald
Trump sólo ha recibido en la Casa Blanca al salvadoreño Nayib Bukele, se ha
encontrado informalmente con Javier Milei en Florida y Maryland y, ha sostenido
conversaciones telefónicas con la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum.
Según información
pública del Departamento de Estado, el secretario Rubio y el subsecretario Christopher
Landau han sostenido reuniones personales en Washington o en el extranjero y/o
han sostenido conversaciones telefónicas con mandatarios y altos funcionarios
de Argentina, Barbados, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guyana, Jamaica,
México, Paraguay, Perú, Panamá, Suriname, República Dominicana y Trinidad &
Tobago. Rubio ya ha dos viajes a Latinoamérica con paradas en El Salvador,
Costa Rica, Guatemala, Guyana, Jamaica, Panamá, República Dominicana y Suriname,
dos de esos países son fronterizos con Brasil.
Además, la
secretaria de Seguridad Nacional de EEUU, Kristi Noem, realizó un periplo que
incluyó a El Salvador, Colombia y México. El secretario de Defensa Pete Hegseth
visitó Panamá. El secretario del Tesoro Scott Bessent fue a Buenos Aires el día
que Trump recibía en la Casa Blanca a Bukele. Y Richard Grenell, el Enviado
especial del presidente para Misiones Especiales se reunión con Nicolás Maduro.
EEUU asegura
que se está reuniendo con Brasil
Consultado
el Departamento de Estado sobre contactos del secretario Rubio o del
subsecretario Landau con altos funcionarios de Brasil, inicialmente sugirieron
una revisión de las agendas públicas de los funcionarios. Una declaración
adjudicable a un vocero del Departamento de Estado recibida el 14ABR25 para
este Informe, asegura que “altos funcionarios del gobierno estadounidense de la
interagencia se han reunido con sus homólogos brasileños desde que el
presidente Trump asumió el cargo”. En una declaración de carácter “extraoficial”,
el vocero afirmó que el Departamento “permite que otras agencias federales
hablen en su propio nombre con respecto a sus reuniones con el gobierno
brasileño”. No hubo información adicional sobre actores o temas de esas reuniones,
las cuales, en todo caso, serían entre funcionarios de escalones inferiores.
Consultado
el Ministerio de Exteriores de Brasil para este reportaje, su oficina de prensa
ofreció el 15ABR25 una respuesta genérica, casi desdeñosa: “Os contatos
mantidos pelo Ministro Mauro Vieira com autoridades norte-americanas são
públicos e registrados na agenda disponível na página eletrônica do Itamaraty e
nas redes sociais do Ministério”.
La página a
la cual remitió la oficina de prensa de Itamaraty sólo hace referencia a una
comunicación, vía telefónica, entre Vieira y un alto funcionario
estadounidense: el representante comercial de EEUU, Jamieson Greer, con quien
el ministro habló el 02ABR25.
Cuatro días
después de la conversación de Vieira con Greer, se produjo una teleconferencia
entre el vicepresidente Geraldo Alckmin y el secretario de Comercio de EEUU Howard
Lutnick. La fijación de aranceles a productos brasileños pareciera ser, por
ahora, el “gran tema” en las limitadas relaciones entre EEUU y Brasil. Las
negociaciones han sido asumidas directamente por Alckmin quien el 14MAR25 encabezó
en Brasilia la primera de una serie de reuniones entre equipos de ambos
gobiernos. Alckmin, además de su condición presidencial, ejerce como ministro
de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios.
El ministro
Vieira pareciera poco interesado en una aproximación al gobierno de EEUU. De hecho,
prefirió viajar a Cabo Verde, en vez de asistir el 10MAR25 a la Asamblea
General extraordinaria que la OEA realizó en Washington para votar por el nuevo
Secretario General de la organización. La cancillería brasileña, como las
restantes del Mercosur, están en espera de las gestiones de Milei ante EEUU,
confiados que una Argentina con amigos en Washington actúe de sombrilla ante la
guerra arancelaria. De hecho, el 14ABR15 Milei se jactó de haber logrado que
los aranceles a su país y sus socios del Mercosur fueran de sólo el 10% y no de
35% como le correspondería según él, aplicando la “tabla” de cálculo usada por
la administración Trump.
Durante el
gobierno de Joe Biden, las relaciones de EEUU con el Brasil gobernado por Jair
Bolsonaro fueron de muy baja intensidad. Las dificultades de Jair Bolsonaro
para generar un discurso propio ante EEUU distinto de su militancia trumpista,
afectó las relaciones con una Casa Blanca que tampoco tenía especial agrado por
el mandatario brasileño. Ahora, con un gobierno de izquierda en Brasilia y con
una Casa Blanca en tono de MAGA pareciera que Brasil seguirá fuera de la lista
de prioridades diplomáticas de EEUU.
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