Deepwater Champion, barco-taladro para
perforaciones en aguas profundas, contratado por Exxon para explorar en aguas
venezolanas. Foto: ExxonMobil.
Una insólita alianza se ha conformado entre EEUU,
Cuba y Guyana, la cual podría implicar para
Venezuela la pérdida de un área marítima vital.
La empresa petrolera estadounidense Exxon contrató
el barco-taladro Deepwater Champion con capacidad para perforaciones en aguas
ultra profundas, para iniciar una campaña de exploración en una extensa zona
situada al noreste de Venezuela denominada por el gobierno de Guayana como “Stabroek Block”. Ese bloque incluye
territorio de la plataforma continental venezolana generada por el estado Delta
Amacuro además de un área de la plataforma continental correspondiente al
territorio en disputa entre Venezuela y Guyana. La operación de perforación en
aguas profundas, cuyo inicio fue programado para el 05MAR15, cuenta con un
presupuesto de US$200 millones y será realizada en dos secciones de la
denominada “Area Liza” del “Bloque Stabroek”.
Area Liza dentro del Bloque Stabroek. Mapa: ExxonMobil
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Con la llegada en Venezuela del gobierno procubano de
Hugo Chávez, Guyana comenzó a entregar extensas concesiones petroleras en áreas
bajo disputa con el país vecino. Esas concesiones han permanecido sin ejecución
ya que las grandes empresas petroleras no habían querido, hasta ahora, verse
involucradas en un conflicto territorial. La concesión de Exxon le fue
entregada por el gobierno socialista de Guyana en 1999. Venezuela y Guyana no
han delimitado sus fronteras marítimas en razón de existir una reclamación
venezolana sobre territorio terrestre, la cual es atendida mediante un
mecanismo amistoso supervisado por las Naciones Unidas.
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El gobierno de Guyana es, en teoría, un aliado del
régimen venezolano y miembro de Unasur. Guyana es uno de los beneficiarios del
programa Petrocaribe, creado por Hugo Chávez para proveer petróleo a precios
bajos y con facilidades crediticias a gobiernos “amigos” del Caribe y Centroamérica.
La línea chavista de ganar respaldos políticos entre los numerosos estados del
Caribe anglófono llevó a una permanente política complaciente con Guyana, pese
a su manifiesto interés de echar mano a territorio venezolano. Esa línea aún se
mantiene, e incluso el gobierno de Guyana asistió a una cumbre extraordinaria
de Petrocaribe convocada por Maduro, la cual se reunió el viernes 06MAR15 en
Caracas.
La cercanía política de los gobiernos socialistas
guyaneses con Cuba llevó a que Chávez congelara la reclamación territorial
venezolana sobre Guyana. Desde el establecimiento de relaciones entre Cuba y
Guyana, en los años sesenta del siglo pasado, el régimen de los hermanos Castro
manifestó su rechazo a las reclamaciones venezolanas señalándolas como
supuestas reminiscencias colonialistas. Esta tesis, contraria a los intereses
venezolanos, fue asumida por Chávez y continúa guiando las declaraciones del
régimen chavista. De hecho, la más reciente nota diplomática emitida por la
cancillería venezolana, el 05MAR15, asegura que el inicio de la exploración por
parte de Exxon es "un clima generado artificialmente desde centros
imperiales conocidos a fin de perturbar el ambiente de paz y de tranquilidad
que promueve el gobierno de presidente Nicolás Maduro”.
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El 10OCT13, la Armada venezolana detuvo el barco Teknik Perdana, propiedad de la empresa malaya SapuraKencara
Petroleum que navegaba con bandera panameña. La embarcación fue detenida
mientras realizaba trabajos para la estadounidense Anadarko Petroleum Corporation, la cual
detenta una concesión petrolera otorgada por Guyana en lo que denominan el
“Bloque Roraima”, situado al norte del “Bloque Stabroek”. En aquella oportunidad,
Guyana protestó la retención de la embarcación, alegando que realizaba trabajos
para el gobierno de ese país. A los efectos de las autoridades navales militares
de Venezuela, la embarcación se encontraba en aguas venezolanas, en la
proyección del estado Delta Amacuro sobre el Atlántico. La nave y su
tripulación fue liberada por el gobierno venezolano atendiendo a los reclamos
de Guyana.
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El inicio de las exploraciones de Exxon en aguas
bajo disputa, ha sido evaluado políticamente por Guyana y la empresa petrolera.
La debilidad política internacional del gobierno Maduro, la permanente
crispación en las relaciones entre Caracas y Washington, la dependencia
política, ideológica y personal de Maduro con el régimen cubano y, la
aproximación EEUU-Cuba, fueron elementos considerados por Georgetown para retar
a Venezuela. Diversos análisis consideran la baja probabilidad de que el
gobierno Maduro ejecute una acción militar que impida las operaciones de Exxon sobre
el territorio en disputa. El gobierno Maduro realiza esfuerzos por mantener su
otrora influencia en el Caribe y considera que un enfrentamiento con Guyana le
resultaría contraproducente. Esa conducta sostenida por Chávez y Maduro, sin
embargo, se enfrenta ahora a una situación he hecho creada por Guyana al
permitir e, incluso estimular, la actividad de la empresa estadounidense.
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Para dar peso político al inicio de las operaciones
de Exxon, el presidente guyanés, Donald
Ramotar, y su Ministro de Recursos Naturales, Robert Persaud, visitaron la sede
de la empresa en Georgetown,
el miércoles 04MAR15. Fotos del encuentro muestran a Ramontar reunido
con el jefe local de Exxon, Jeff Simon, quien explicó las características de la
operación.
Por su parte, EEUU ya manifestó su disposición de respaldar
al gobierno de Guyana ante Venezuela. El Encargado de Negocios de EEUU en
Georgetown, Bryan Hunt, aseguró el 02MAR15 en declaraciones al diario local
Guyana Times, que su gobierno reconoce la potestad de Guyana para otorgar
concesiones en el área bajo litigio y defiende el derecho de Exxon para
ejecutar la concesión recibida. Interrogado por el Guyana Times sobre la
disposición de EEUU para brindar apoyo militar a Guyana, Hunt advirtió que
prefería no especular al respecto.
Una tímida acción del gobierno Maduro solicitando a
Exxon que se abstuviera de iniciar las operaciones de perforación, fue
calificada por prensa de Georgetown como una “agresión” por parte de Venezuela. La cancillería guyanesa
acusó al gobierno Maduro de estar “obstaculizando el desarrollo de Guyana y su
pueblo”. El régimen venezolano se limitó a calificar como “injustas” las
palabras oficiales de sus socios del gobierno guyanés, el cual amenaza con
dejar a un lado el mecanismo amistoso para alcanzar un acuerdo limítrofe.
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La ofensiva
política y comercial china en Suramérica comienza a afectar abiertamente a la
economía de Brasil. China se convirtió en un rival de la industria brasileña
ante los mercados regionales, especialmente el argentino, con lo cual la
alianza comercial del Mercosur recibe un duro golpe. Cifras que abarcan hasta
el mes de noviembre 2014, indican que las importaciones globales de Argentina
se redujeron en 11% con respecto al año anterior, donde la mayor caída estuvo
representada por una reducción del 25% en las compras a Brasil, mientras las
importaciones procedentes de China apenas se afectaron en 4%. Generalmente la
caída del 3% en las ventas al exterior de Brasil durante el año 2014 son
explicadas como un reflejo de la contracción comercial global, sin embargo,
análisis específicos muestran que la competencia china en la región está
impactando los números del comercio exterior brasileño.
Otro mercado que comienza a preferir a China en
desmedro de Brasil, es el boliviano. Mientras los países suramericanos
redujeron sus importaciones en 2,8% en el año 2014, Bolivia mostró una
tendencia radicalmente distinta con un aumento de 6,5% en sus compras al
exterior según cifras de CEPAL del mes de octubre. En esas cifras probablemente
no está contabilizado el inmenso comercio hormiga procedente de Argentina que
se aprecia en los pasos fronterizos de Bolivia. China con el 17% ya desplazó a
Brasil y a EEUU como origen de las compras bolivianas.
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Pero el impacto sobre Brasil de la ofensiva China
no es sólo en sectores comerciales tradicionales y afectaría la creciente
industria bélica brasileña. Una nota del portal de temas militares Defesanet
suscrita por su director Nelson Düring, informó que los gobiernos de China y
Argentina, en reuniones previas a la reciente visita de Cristina Kirchner a
Pekin, acordaron iniciar la producción conjunta de vehículos blindados. Este
acuerdo cierra las puertas a la venta de cientos de carros blindados para
transporte de tropas VBTP-MR Guarani que Brasil procuraba exportar a Argentina.
Las líneas de crédito ofrecidas por China habrían hecho que los argentinos
optaran por comprar vehículos blindados 8×8 Norinco VN-1, similares a los
comprados por Venezuela.
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