En medio de una crisis con Colombia, Maduro viajó a Pekín para asistir al desfile militar del 03SEP15. Foto: @conCiliaFlores |
La eventualidad de un incidente militar en la frontera entre
Venezuela y Colombia, provocado por la movilización castrense y estado de
excepción bajo jefatura militar ordenados por Nicolás Maduro, ha sido objeto de
evaluación en altas instancias de diversos países. El domingo 30AGO15, el
cardenal venezolano Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, concelebró la
misa que en el templo de la urbanización Cumbres de Curumo tuvo lugar por los
cincuenta años de creación de esa parroquia situada en una zona habitada por clase
media con notoria presencia de familias de oficiales militares. En su homilía y
en sus palabras de despedida, el Cardenal se refirió a la expulsión masiva de
colombianos y al cierre de los pasos en la frontera entre el estado Táchira y el
departamento Norte de Santander, afirmando que tenía evidencias de violaciones
de Derechos Humanos. Urosa se mostró indignado ante el silenciamiento, por los
medios de comunicación venezolanos, de tres documentos emitidos por la Iglesia
ante la situación fronteriza. Se pronunció contra el estado de excepción decretado
por Maduro en diez municipios del estado Táchira: “estado de excepción es
suspensión de garantías constitucionales y eso es muy grave”. Además, Urosa fue
explícito al referirse a sus temores ante una aventura guerrerista con fines
políticos que el gobierno Maduro pudiera propiciar en la frontera, rogando a
los parroquianos que oraran para que ello no ocurra. Pero no era sólo al
Arzobispo de Caracas a quien preocupaba esa perspectiva.
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Dos días antes, el 28AGO15, Juan Manuel Santos acompañado de
su Ministro del Interior el cucuteño Juan Fernando Cristo y de su canciller
María Ángela Holguín, recibió en la presidencial Casa de Nariño a
representantes de diversos partidos políticos de gobierno y oposición. Los
visitantes llevaban un comunicado, firmado incluso por el partido del opositor Álvaro
Uribe Vélez, en apoyo a la posición de Santos ante Maduro. Los partidos habían
sido convocados para conocer de primera mano la tensa situación entre los gobiernos
de Colombia y Venezuela. Lo que inicialmente parecía un cierre fronterizo por
razones policiales se había convertido en un choque entre Maduro y el gobierno
colombiano, en el cual el chavismo gobernante en Venezuela procuraba revertir
el deterioro de su imagen internacional ante la expulsión masiva de
colombianos. Pocas horas antes, Santos había ordenado a su embajador en
Venezuela Ricardo Lozano, quien ese día se encontraba en la zona fronteriza, no
regresar a Caracas como parte del escalamiento en el choque diplomático. En la reunión
con los partidos, Santos y los ministros comentaron su evaluación de causas y
posibles desarrollos de la crisis generada por Maduro en la frontera. Según
varias fuentes, incluyendo un reportaje de la revista bogotana Semana, el
gobierno colombiano advirtió a los representantes partidistas que el cierre de
la frontera y las medidas de excepción del lado venezolano podrían prolongarse
por un largo período de tiempo. Igualmente se refirió a que la posibilidad de
un choque armado, provocado por Venezuela, estaba entre los escenarios contemplados
por Colombia. Para el gobierno Santos, las acciones de Maduro tienen una
motivación de tipo político interno y uno de los eventuales escenarios sería un
episodio armado fronterizo que pudiera mejorar la popularidad del chavismo (hipótesis
Malvinas) ante las elecciones legislativas del 06DIC15 o, incluso, para
suspender esos comicios con la excusa del conflicto externo.
En tanto, ese mismo día en Caracas, altos dirigentes opositores
congregados en la MUD, analizaba la situación fronteriza y llegaba a la misma
conclusión que el gobierno colombiano. La crisis fronteriza, con la
movilización de varios miles de efectivos militares, podía provocar un
incidente armado que a su vez fuera motivo para la suspensión de las elecciones en
Venezuela. El 02SEP15, el dirigente opositor Henrique Capriles se pronunció
señalando que Maduro "está buscando provocar al gobierno colombiano” y procura
“un conflicto que nos distraiga”. “Yo le pido al presidente Santos (…) no pisar
el peine del binomio Maduro-Cabello", dijo Capriles en declaraciones
curiosamente tergiversadas por alguna prensa opositora venezolana.
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La presión política interna ante las dramáticas imágenes de
centenas de colombianos cruzando el fronterizo el río Táchira con sus enseres a
cuestas, llevaron a Santos a apostar por un pleito diplomático directo con
Maduro, abandonando su línea de no confrontación pública. Santos calificó como
“reunión sin resultados” la sostenida por las cancilleres en Cartagena el 26AGO15,
luego que Maduro desautorizara la visita del Defensor del Pueblo colombiano al
lado venezolano de la frontera. Era ya un hecho que Maduro no abriría la
frontera y, por el contrario, amenazaba con cerrar nuevos segmentos. Santos anunció
el 28AGO15 que Colombia solicitaba una reunión de cancilleres de OEA, con lo
cual el colombiano se colocó en una vía sin precedente de abierto reto al
régimen chavista. Hasta ahora, Santos había privilegiado su interés por la
presencia de Venezuela en el esquema de apoyo a sus negociaciones con las Farc,
pero el precio político interno de su línea ante Maduro se había hecho muy
alto. Santos pudo limitarse a pedir una reunión del Consejo Permanente de la
OEA en la cual su canciller expusiera las denuncias contra Venezuela, pero optó
por solicitar la convocatoria de una “Reunión de Consulta de Ministros de
Relaciones Exteriores” a lo cual se oponía el régimen venezolano. Esa convocatoria
requiere que el Consejo Permanente se reúna y apruebe por mayoría absoluta la
solicitud. Santos, quien había decidido medir su influencia internacional ante
Maduro, dio por descontado que contaba con
los 18 votos necesarios, pero los cálculos de su Canciller no se ajustaban a la
realidad.
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La reunión del Consejo Permanente de la OEA fue convocada
para la tarde del lunes 31AGO15. Tras las intervenciones de los representantes
de Colombia y Venezuela, Andrés González y Roy Chaderton, era evidente que no
existía consenso para convocar una reunión de cancilleres por lo cual habría
necesidad de decidirlo mediante votación que a solicitud de Colombia fue
nominal. La cancillería colombiana, al comienzo de la tarde, confiaba en reunir
un mínimo de 19 votos a favor de su propuesta, dando por descontado que Panamá
y Haití le acompañarían, especialmente en el caso haitiano que enfrenta también
un proceso de deportación de sus conciudadanos desde República Dominicana. A
punto de iniciarse la votación, los diplomáticos colombianos intentaron
infructuosamente retrasarla pidiendo un receso, durante el cual
intentarían que Santos entrara en
contacto con el presidente panameño Juan Carlos Varela, quien a última hora habría
cambiado las instrucciones a su representante en la OEA. Según la versión de la
cancillería colombiana, el cambio de posición de Panamá y Haití a pocos minutos
de realizarse la votación y tras llamadas telefónicas de Maduro a sus
respectivos mandatarios, conllevó a la derrota en su pedido. Reflejando la
pérdida de ascendencia regional especialmente en el Caribe anglófono, Venezuela
sólo había reunido cinco votos, los de sus socios políticos Nicaragua, Bolivia,
Ecuador, Argentina y el suyo propio. Colombia sumó 17 votos a favor, pero once gobiernos
se abstuvieron, incluyendo a Brasil, aliado del chavismo, que optó por una
posición equidistante que le permitiera convertirse futuro interlocutor entre
Maduro y Santos.
La solicitud colombiana de una reunión urgente de los
cancilleres de Unasur fue igualmente bloqueada por Venezuela. La canciller de
Maduro, Delsy Rodríguez, alegó que no podría asistir a esa cita en las
siguientes dos semanas. Con su país en crisis diplomáticas simultaneas con dos
de sus vecinos, el 30AGO15 Maduro optó
por iniciar un viaje que incluyó paradas en Roma, Vietnam, China, Qatar y
Jamaica, en el cual la canciller formaba parte de la extensa comitiva.
El 01SEP15, Santos se dirigió al país en un mensaje
televisivo, en el cual afirmó que en la decisión de la OEA “pudieron más la ideología y los intereses
monetarios que las razones humanitarias”. Igualmente anunció que desistía
de una reunión de Unasur. En esa alocución, Santos adelantó que el Fiscal General
colombiano Eduardo Montealegre, “está
considerando seriamente presentar una denuncia ante la Corte Penal
Internacional contra miembros de la cúpula civil y militar del Gobierno
venezolano que podrían ser responsables por crímenes de lesa humanidad”. El
03AGO15, el Procurador colombiano, Alejandro Ordóñez, abiertamente enfrentado
con Montealegre, anunció que también concurriría ante la Fiscal de la CPI,
Fatou Bensouda, para solicitar el enjuiciamiento de Maduro por violación de
DDHH. Los anuncios de Montealegre y Ordoñez, con casi nulas posibilidades de
prosperar, fueron señalados por Maduro como demostraciones de una supuesta
guerra que Colombia adelanta en su contra.
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Muy importantes sectores políticos colombianos, liberales y
conservadores, cuestionaron la utilidad Unasur, e incluso algunos como el
expresidente César Gaviria Trujillo, solicitaron el retiro de Colombia del
organismo y censuraron el rol pro chavista de su Secretario General, Ernesto
Samper. El 03SEP15, Samper también cosechó ataques de su amigo Maduro, quien
desde Pekín lo acusó de haberse vuelto “un hombre sordo” por presiones de Bogotá.
En tono recriminatorio, Maduro declaró:
“yo le dije a él públicamente que Venezuela propone una comisión suramericana
para vaya a ver la situación de la frontera”, como si tal decisión dependiera
del Secretario. Con Samper y Unasur virtualmente inhabilitados para actuar
entre los dos gobiernos, la brasileña Dilma Rousseff envió el 04SEP15 a su
canciller Mauro Vieira a una gira urgente a Bogotá y Caracas, tratando de crear
condiciones para una reunión Maduro-Santos que amaine la crisis provocada por
el venezolano.