Informe Otálvora del 30 de julio de 2021
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Evo Morales y el ideólogo del nuevo gobierno de Perú Vladimir Cerrón el 26JUL21 en Lima. Foto: Twitter @vladimir_cerron
Como ya ocurrió con Hugo Chávez en 1999, el nuevo presidente
de Perú juró el cargo prometiendo acabar con la Constitución que le permitió
llegar al poder. Pedro Castillo es un militante de izquierda radical quien hace
política activa desde una década atrás y quien paralizó el sistema de educación
pública peruana en 2017. Llegó a la Presidencia con las banderas del partido
Perú Libre, una organización creada por un operador político formado en Cuba. La
convocatoria a una asamblea constituyente no está prevista en la Constitución
peruana.
Para la toma de posesión de Castillo fueron especialmente
invitados Manuel López Obrador, Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel quienes
prefirieron quedarse cuidando la casa y enviaron a sus respectivos cancilleres.
El rey de España, los presidentes de Colombia, Chile y Ecuador, así como los
vicepresidentes de Brasil y Paraguay, fueron a Lima para acompañar la ascensión
de Castillo quien hacía esfuerzos, poco creíbles, por mostrarse políticamente
moderado.
Incluso el 26JUL21, el secretario de Estado estadounidense,
Antony Blinken, realizó una llamada telefónica a Castillo en la cual resaltó “la
alianza duradera y la larga historia de estrecha cooperación” entre Perú y
EEUU. Curiosamente, Blinken “agradeció al Perú por su apoyo para abordar la
crisis de Venezuela y expresó su esperanza de que el Perú continúe desempeñando
un papel constructivo para abordar las situaciones de deterioro en Cuba y
Nicaragua”. Pareciera que como en otras cancillerías de América y Europa, en el
Departamento de Estado aún se guardan dudas sobre la tendencia política que
guiaría al nuevo gobierno peruano.
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A Lima también llegó el presidente argentino, Alberto
Fernández, quien se ha convertido en pieza singular de la ofensiva
castrochavista para la retoma del poder en diversos países suramericanos. Pero
mientras la diplomacia oficial mostraba la presencia de mandatarios extranjeros
en Lima, se producía una diplomacia paralela con la llegada a la capital
peruana de diversos aliados internacionales, operadores internacionales de
izquierda, quienes viajaron como invitados especiales. Entre los visitantes en
Lima se encontró el español Juan Carlos Monedero, quien ha estado involucrado
en las redacciones de las constituciones promovidas por Hugo Chávez, Evo
Morales y Rafael Correa y a quien ya asoman como uno de los asesores de la
constitución que intentará imponer Pedro Castillo. Por cierto, en función de la
jugada de instaurar una nueva Constitución en Perú, ya la alianza castrochavista
ha estado realizando diversas actividades con asesores internacionales, entre
ellos Monedero, y en lo cual está activa la excandidata Verónika Mendoza, ficha
del castrochavismo en Perú. Monedero sostuvo un encuentro con Dina Boluarte, la
nueva vicepresidenta peruana, en la cual se habría analizado el proceso del
cambio constitucional y el papel del español.
Entre los convocados para estar en Lima el 28JUL21 una
figura particular fue el exmandatario boliviano Evo Morales. El boliviano
decidió ingresar a Perú por vía terrestre, en el paso fronterizo de
Desaguadero, el 26JUL21. Varios actos políticos fueron encabezados por Morales
en su camino a la capital.
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Pero Morales, además del personal de seguridad y ayudantes, entró
a Perú acompañado de una delegación de las “Seis Federaciones del Trópico de
Cochabamba”, la organización de productores de coca que él preside. Evo Morales
durante todos sus gobiernos mantuvo la presidencia de la organización cocalera
que mantiene un férreo control territorial de la principal área de producción
cocalera. La dirigente cocalera Emiliana Salcedo informó a la estación Radio
Kawsachun Coca de Cochabamba, que la visita a Perú de los representantes de las
organizaciones “sociales” cocaleras respondía
a una invitación expresa de Pedro Castillo. Según reveló recientemente el
propio Castillo, su primero encuentro con Morales habría tenido lugar a
mediados de la década pasada justamente en Cochabamba.
El 27JUL21, cuando se produjo la primera reunión privada
entre Morales y Castillo en Lima, el boliviano se hizo acompañar de los delegados
de la federación cocalera y de su excanciller Fernando Huanacuni. “De compañero
a compañero” Morales propuso a Castillo una alianza para “defender “nuestras
revoluciones democráticas” y definir un plan binacional entre Castillo y el
gobierno de Bolivia presidido por Luis Arce.
Después de la reunión entre Castillo y Morales, el boliviano
sostuvo un encuentro con “dirigentes sociales” de zonas de producción cocalera
en Perú. La reunión con los cocaleros peruanos fue convocada por Guillermo
Bermejo Rojas, congresista de la lista del partido de Castillo, activista
castrochavista, viajero a Caracas para participar en eventos
“antiimperialistas” y cabecilla de actividades de apoyo a Nicolás Maduro en
Lima. En la reunión organizada por
Bermejo, Evo Morales expuso abiertamente su propuesta para que los gobiernos de
Bolivia y Perú organicen un “consejo andino de la coca”. Homologar la
legislación peruana con la de Bolivia sobre producción de coca es la propuesta
que maneja Morales y que el peruano Bermejo anuncia como política del nuevo
gobierno de Perú.
Por cierto, previo a su toma de posesión, Castillo visitó la
Provincia de La Convención, la mayor zona productora de coca en Perú.
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Si bien Luis Arce asistió con su canciller Rogelio Mayta a
los actos de toma de posesión de Castillo e incluso mantuvieron una reunión
privada, el nuevo gobierno de Perú confirió a Evo Morales la condición de virtual
jefe de Estado. Quedaba en evidencia la condición bicéfala que actualmente
tiene el poder en Bolivia y el especial rol que cumple Morales como guía del
nuevo proceso peruano. Morales no fue un simple “invitado especial” en el
ceremonial diseñado por el equipo político que rodea a Castillo y que decidió
mostrar su claro vínculo con la internacional castrochavista vía Evo Morales.
De hecho otros exmandatarios castrochavistas como el expresidente hondureño
Manuel Zelaya figuraron en la lista de invitados sin que le dieran la notoriedad
que fue proporcionada a Morales.
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El 26JUL21, Morales sostuvo una reunión y una cena con
Vladimir Cerrón, fundador, dueño y jefe del partido Perú Libre. Cerrón llevó a
Morales al suntuoso restaurant Costanera 700 desde donde publicó fotografías
que mostraban una mesa donde sonriente departía con Morales. Se trataba no sólo
de una cortesía de Cerrón para Morales sino su forma de mostrar su especial
vinculación con el boliviano. Cerrón cursó estudios de medicina en Cuba en los
años noventa y desde entonces es un público agente del gobierno cubano en la
política peruana. Se trata del ideólogo de la candidatura de Pedro Castillo y
hasta ahora operó como un enlace de Castillo con la internacional
castrochavista. Cerrón hizo circular la noche del 26JUL21 la noticia de su
encuentro con Morales, a dos días de la toma de posesión de Castillo, lo que
hizo que un numeroso grupo de reporteros esperaban a la puerta del restaurante
al momento en que los ilustres comensales abandonaran el lugar. Varios vídeos
mostraron a Cerrón dando declaraciones y exaltando la visita de Morales
mientras el boliviano abandonaba el lugar por un costado con visibles señales
de afectación, quizás por los vinos que acompañaron la cena.
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Ya en los eventos de la toma de posesión el 28JUL21, Morales
fue colocado junto al vicepresidente de Brasil Hamilton Mourão en el grupo de
mandatarios extranjeros que recibieron honores militares mientras caminaban
rumbo a la juramentación de Castillo. Tras
la ceremonia de juramentación, en el almuerzo ofrecido a los mandatarios y
delegaciones extranjeras asistentes, Morales fue sentado inmediatamente a la
izquierda de Castillo quien a su derecha tenía a Felipe VI rey de España. El
29JUL21 Morales fue embarcado en un helicóptero del Ejército peruano que
transportaba a mandatarios extranjeros, incluyendo al chileno Sebastián Piñera,
quienes acompañaron a Castillo a una “juramentación simbólica” en el monumento
a la Batalla de Ayacucho (1824).
La construcción de una imagen para Castillo pasa por presentarlo,
como ya ocurrió con Chávez, como un continuador de la guerra de independencia
del siglo XIX y un ardoroso reivindicador de los derechos de los indígenas y de
los campesinos. Además, la intención política de identificar a Castillo con el
presidente “indígena” Morales llegó incluso al nivel de lo simbólico. El
peruano se juramentó vistiendo una casaca negra con vivos con los colores de la
bandera de Bolivia, al estilo de las que Evo Morales ha utilizado desde su
llegada a la presidencia. La casaca de Morales es un diseño personalizado para
el boliviano realizada por la diseñadora boliviano-neoyorquina Beatriz Canedo Patiño quien creaba sus
exclusivos productos con lanas de camélidos.
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La noche del 29JUL21, en el Teatro Nacional de Lima y no en
el Palacio de Gobierno, Pedro Castillo hizo público y juramentó a los miembros
de su gabinete ministerial.
Las ilusiones que algunos sectores democráticos peruanos
conservaban sobre una eventual amplitud ideológica del nuevo gobierno, quedaron
sepultadas. Castillo optó inicialmente por no designar un ministro de Finanzas,
cargo para el cual había sido mencionado el economista Pedro Francke, militante
de izquierda con buen tránsito en diversos sectores peruanos. El cargo de
Presidente del Consejo de Ministros, figura central en la estructura de
gobierno peruana, fue asignada a Guido Bellido hombre estrechamente vinculado
con Vladimir Cerrón y quien asegura que en Cuba impera un gobierno democrático.
El cargo de Ministro de Exteriores fue asignado a Héctor
Béjar Rivera, sociólogo, profesor universitario, quien en la década de los años
sesenta formó parte de las brigadas
internacionales creadas por el gobierno de Cuba para fomentar movimientos
guerrilleros en Latinoamérica. En la hoja de vida del nuevo canciller de Perú
aparece la fundación de la organización guerrillera ELN en 1964.
Por cierto, en el gabinete de Castillo sólo figura una
mujer. Se recuerda la campaña internacional, encabezada por Dilma Rousseff en
2019, para desprestigiar al gobierno de Jair Bolsonaro por el bajo número de
mujeres en cargos ministeriales en Brasil.
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