El diplomático hondureño-estadounidense Ricardo Zúñiga
(derecha), liderizó las negociaciones secretas con Cuba. Foto: White House.
El
05SEP14 la vocera del Departamento de Estado de EEUU, Marie Harf, se vio en
aprietos ante preguntas sobre Cuba expuestas en el briefing con la prensa.
Interrogada sobre la existencia de canales especiales de comunicación entre su gobierno
y Cuba, la funcionaria lo negó categóricamente limitándose a mencionar usuales
contactos sobre temas postales o marítimos. Aquel mismo día, un poco más
temprano, habían surgido sospechas de que Washington y La Habana mantienen
niveles de comunicación operativa oficial incluso sobre temas de seguridad
nacional. En lo que pudo haber sido un acto fallido, Harf confesó que EEUU mantiene
conversaciones sobre “intereses comunes” con Cuba, para rápidamente corregirse
y calificarlos como pláticas sobre “preocupaciones”.
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En la
mañana del 05SEP14, una aeronave civil partió de Rochester (Nueva York) con
destino a Naple (Florida). Poca horas después, los controladores de vuelo de la
costa este de EEUU perdieron contacto con la avioneta TBM 700, disparándose
las alarmas de seguridad. Dos aviones-caza F15 adscritos al Comando de
Defensa Aeroespacial fueron enviados a supervisar e interceptar la aeronave que
volaba en dirección sureste sobre aguas del Atlántico. Los pilotos militares
estadounidenses concluyeron que la tripulación había perdido el conocimiento y
probablemente había fallecido. La avioneta ingresó al espacio aéreo cubano, los
F15 se retiraron de la operación y fueron reemplazados por un avión C-130 del
servicio de Guarda Costas de EEUU que sobrevoló Cuba autorizado por La Habana.
Poco después la aeronave donde viajaba el empresario Larry Glazer se desplomó
en aguas de Jamaica.
Según
diversas fuentes, estadounidenses y cubanas, el gobierno de EEUU informó a la
representación de Cuba en Washington sobre la alarma de seguridad encendida y
sobre los procedimientos en desarrollo. Rápidamente Cuba autorizó el ingreso de
aeronaves militares de EEUU a su espacio aéreo. “Durante todo el tiempo se mantuvo
comunicación con las autoridades norteamericanas, que fueron informadas de cada
una de las medidas tomadas en relación con este suceso” aseguró el gobierno
cubano sin ser desmentido por Washington. Los puentes diplomáticos entre EEUU y
Cuba, actuando con inesperada naturalidad y eficiencia, habían quedado en
evidencia.
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Las recientes
negociaciones de EEUU con Cuba fueron asumidas como un proyecto personal por Barack
Obama, y fueron ejecutadas por personal de la Casa Blanca bajo la
responsabilidad del hondureño-estadounidense Ricardo Zúñiga. En 2012, Zuñiga
formaba parte del equipo de Thomas Shannon en la Embajada de EEUU en Brasilia,
donde ejercía como Jefe del Departamento Político con rango de Consejero. De
allí Zuñiga fue llamado para formar parte del equipo de la Casa Blanca,
reemplazando al colombo-estadounidense Dan Restrepo en la condición de asistente
especial del Presidente y director para el Hemisferio Occidental en el Consejo
de Seguridad Nacional donde reporta a la muy poderosa consejera Susan Rice. Ya
desde 2012 era público que la escogencia de Zuñiga respondía a la decisión de
Obama de “normalizar” las relaciones con el régimen cubano. Con ingreso al
servicio exterior de EEUU en 1993, Zuñiga es considerado un especialista en
Cuba. A principios de los años noventa fue parte del personal en la Sección de
Intereses de EEUU en La Habana donde operó como enlace con la oposición cubana.
A su regreso a Washington, Zuñiga fue jefe del escritorio “Cuba” en el
Departamento de Estado y luego regresaría a La Habana en 2010 para un breve
lapso como encargado de la representación estadounidense en la isla. Habría
correspondido a Zuñiga encabezar la delegación estadounidense en una decena de
reuniones técnicas y secretas entre 2013 y 2014 con los emisarios de Raúl
Castro, en las cuales el gobierno de Canadá prestó su territorio y su silencio y
el Vaticano fungió como facilitador. Fue sólo hasta el 09DIC14 cuando Obama
dejó colar en una entrevista televisada que su gobierno negociaba con los
Castro, mencionando el tema de la liberación del estadounidense Alan Gross
preso en Cuba desde 2009.
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El
acuerdo pactado entre Obama y Castro se centra en el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas entre los dos gobiernos y no incluye temas de derechos
humanos o compromisos de reformas políticas en Cuba. Se trata de una extensa y
compleja lista de temas que va desde las condiciones previas, los compromisos
de las partes e incluso, el procedimiento (día y hora) para hacer público el
acuerdo. Hasta el delicado tema de límites marítimos, asunto que involucra a
México, fue parte de lo resuelto.
El
intercambio de prisioneros, tres espías del gobierno cubano presos en EEUU a
cambio de Alan Gross y un cubano agente al servicio de EEUU encarcelado en
Cuba, fue la condición previa para el acuerdo. EEUU y Cuba abrirán misiones
diplomáticas y consulares en el otro país y las periódicas reuniones bilaterales
(oficialmente sobre migraciones) ampliarán su agenda de temas y el rango de los
funcionarios participantes. De hecho, ya fue anunciado que la delegación de
EEUU a la próxima reunión bilateral, prevista para enero en La Habana, estará
encabezada por la subsecretaria Roberta Jacobson.
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Mediante
inminentes decisiones de los departamentos de Comercio y del Tesoro, Obama se
ha comprometido a flexibilizar las actuales restricciones comerciales y
migratorias. Las medidas anunciadas incluyen aumento del otorgamiento de
permisos para viajes a Cuba, aumento en el monto permitido para remesas,
aumento del valor permitido para importaciones por viajeros desde Cuba, uso de
tarjetas de crédito de EEUU en Cuba, ampliación de la lista de productos
exportables a Cuba, entre otros asuntos de impacto microeconómico. Pero las
reformas sustantivas en cuanto a las relaciones económicas entre los dos países
se orientan a un ingenioso esquema para evadir el actual embargo, sin esperar
reformas en la legislación estadounidense.
En su
discurso televisado del 17DIC14, anunciado su nueva política hacia Cuba, Obama
dijo: “creo que las empresas estadounidenses no deberían estar en desventaja y
que un aumento del comercio es bueno para los estadounidenses y los cubanos”. Esta
es, sin duda, la principal razón para el cambio de orientación de la política
de EEUU hacia Cuba. El paquete de medidas acordado incluye dos aspectos claves:
se autoriza a las entidades financieras de EEUU a la apertura de cuentas en el
sistema bancario cubano y, se autoriza a las empresas estadounidenses para
sostener relaciones financieras y “prestar servicios” a “individuos cubanos” “en
terceros países”. En lo sucesivo, empresas estadounidenses podrán hacer
negocios con empresas cubanas siempre y cuando tengan como sede “terceros
países”, es decir, el mundo entero. Países como México, Canadá e incluso
Venezuela podrían ser sedes privilegiadas de los nuevos negocios de EEUU con y
en Cuba.
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El
23DIC11, al clausurar las sesiones de la Asamblea Nacional cubana, Raúl Castro
dejó ver intranquilidad por la falta de respuestas estadounidenses ante los
anuncios de reformas económicas en Cuba. ”Al mismo tiempo que
actualizamos nuestro socialismo, cambiando todo lo que debe ser cambiado, el
gobierno de los Estados Unidos sigue anclado al pasado”, se quejaba Castro
quien acusaba a Obama de “inmovilismo” y “ausencia de voluntad política para
mejorar las relaciones”. Tres años después, vestido con uniforme
militar de general, Raúl Castro dirigió un mensaje televisado el 17DIC14,
simultaneo al ofrecido por Obama desde la Casa Blanca. Leyendo un texto de poco más de 4000 caracteres (este
Informe contiene 9000), Castro resaltó la liberación de los espías cubanos y
casi con desgano dijo: “Igualmente, hemos acordado el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas”, recalcando que el “bloqueo económico, comercial y
financiero” aún no se ha resuelto, calificando las decisiones de Obama sólo
como “progresos” y exhortándolo a remover los obstáculos. El dictador cubano
reiteró la oferta de “socialismo próspero y sostenible” para su país, lo que en
la práctica se traduce en el proyecto del régimen para emular modelos asiáticos
donde la economía de mercado prospera y consolida dictaduras políticas
totalitarias.
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Los
acuerdos entre Obama y Castro no significan el final de la confrontación
política entre los dos países. Lo ocurrido no puede interpretarse como una “capitulación”
de Castro ante EEUU, como una “traición” de Obama a los sectores democráticos
cubanos o, como una “victoria” de Fidel y Raúl Castro sobre unos EEUU aislados
internacionalmente. Estas interpretaciones han proliferado en las últimas horas
entre opositores venezolanos, activistas cubanos anticastristas o dirigentes procastrista a nivel continental.
Lo ocurrido es un cambio en las reglas de juego entre los dos gobiernos,
formalizando una tendencia ya existente a la normalización operativa de sus
relaciones tanto diplomáticas como económicas, las cuales comenzarán a vivir
los vaivenes usuales entre dos gobiernos no amigos.
A pocas
horas de los anuncios sobre Cuba, Obama firmó la ley que impone sanciones a
venezolanos involucrados en violaciones a los Derechos Humanos. Resultaba
cuesta arriba para Obama desobedecer el mandato bipartidista contra el gobierno
de Nicolás Maduro. La confrontación entre Washington y la izquierda pro
castrista continuará… Empresarios de EEUU irán a La Habana para hacer negocios
como ya lo hacen en Pekín o Hanói.
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