Informe Otálvora del 08 de agosto de 2020
El Comité de Política Exterior del Senado de EEUU reunido presencialmente el 04AGO20 para debatir sobre situación en Venezuela |
Desde su exilio en Buenos Aires, Evo Morales está promoviendo un grave estado de violencia en Bolivia. El 23JUL20 la “Coordinadora” de seis federaciones de productores de coca del “Trópico de Cochabamba” dieron un plazo de setenta y dos horas para que las autoridades electorales de Bolivia “se retractaran” de su decisión de posponer las elecciones presidenciales. Debido a la expansión de la pandemia de COVID19, el Tribunal Supremo Electoral decidió que las elecciones previstas para el 06SEP20 fueran aplazadas hasta el 18OCT20. Las federaciones cocaleras son presididas por Evo Morales quien las controla desde Argentina y mantienen un estado de virtual alzamiento contra el estado boliviano impidiendo el acceso de la fuerza pública a las provincias que controlan. Los cocaleros liderados por Morales amenazaron con “movilizaciones indefinidas en todo el territorio nacional”.
La Asamblea Legislativa controlada por el
partido de Morales, el MAS, se niega a aprobar una ley que permita la recepción
de un crédito por US$ 327 millones concedido por el Fondo Monetario
Internacional en calidad de “fondos de emergencia” para atender erogaciones por
el COVID19. Simultáneamente, militantes
del MAS y de la Central Obrera Boliviana iniciaron el 05AGO20 el cierre de
importantes vías carreteras ya anunciado por los cocaleros. En una sesión del
Consejo Permanente de la OEA realizada el 07AGO20, la canciller boliviana Karen
Longaric Rodríguez denunció que los militantes del partido de Morales han
impedido la circulación de insumos médicos incluyendo transportes de oxígeno
medicinal.
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La política de EEUU hacia
Venezuela y Cuba tendría un cambio de orientación de producirse el triunfo de
Joe Biden en las elecciones previstas para el 03NOV20. La nueva plataforma del
Partido Demócrata deberá ser aprobada durante la convención prevista para la
segunda quincena de agosto, pero ya el borrador circula desde mediados del mes
de julio.
La plataforma demócrata del año
2016 dedicaba a Venezuela una única frase en la cual ofrecía “empujar al
gobierno a respetar los derechos humanos y responder a la voluntad de su
pueblo”. El texto del año 2020 contiene un largo párrafo sobre Venezuela el
cual critica la línea seguida por Trump, propone cambios de orientación de
política exterior y hace una oferta para los venezolanos que se han desplazado
a territorio de EEUU.
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“Rechazaremos la fallida política
venezolana del presidente Trump, que sólo ha servido para afianzar el régimen
dictatorial de Nicolás Maduro y exacerbar una crisis humanitaria y de derechos
humanos”, dice la oferta demócrata sobre Venezuela. Adelanta que un gobierno
demócrata “movilizará a los socios” regionales “y en todo el mundo” para
atender las “necesidades urgentes de Venezuela” y ejercer “una presión
inteligente y una diplomacia efectiva” rechazando “amenazas bélicas no atadas a
objetivos políticos realistas” y “motivadas por objetivos partidistas” internos
de EEUU. Igualmente ofrece regularizar la situación migratoria de venezolanos
en EEUU mediante la aprobación de un estatus de protección temporal (TPS). El
texto califica como “dictatorial” al régimen chavista, censura las
orientaciones de Trump hacia Venezuela pero no niega ni confirma la línea de
cambio de régimen promovida actualmente desde Washington. En un párrafo
referido a Irán, el documento demócrata dice que EEUU “no debe imponer un
cambio de régimen a otros países y lo rechazan como objetivo de la política
estadounidense hacia Irán”. Pero no hay una precisión expresa sobre Venezuela.
La plataforma demócrata
claramente se distancia de la política del gobierno Trump de unificar sus
acciones ante los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. La oferta demócrata
anuncia que se moverán “rápidamente para revertir las políticas” de Trump hacia
Cuba a la cual acusan de haber “socavado los intereses nacionales de EEUU” y “dañar
al pueblo cubano y a sus familias en EEUU” en referencia a autorizaciones de
viajes a Cuba y envío de remesa. La plataforma ofrece en el caso de Cuba un obvio
regreso a la política de mano blanda del gobierno de Barack Obama. Igualmente,
la propuesta demócrata advierte que modificará la política de aplicación
“indebida” de “sanciones económicas y financieras” que según el texto “incentivan
a las empresas extranjeras a eludir” el sistema financiero de EEUU socavando el
potencial de la diplomacia estadounidense y que “amenazan el papel clave del
dólar estadounidense como moneda de reserva del mundo”.
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El 04AGO20 se produjo una sesión
plena del Comité de Política Exterior del Senado de EEUU, bajo el título de
“Venezuela en manos de Maduro: evaluación del deterioro de la seguridad y la
situación humanitaria”. Para la ocasión fueron citados el Enviado Especial para
Venezuela del Departamento de Estado Elliott Abrams y el responsable de la
USAID para América Latina y el Caribe Joshua Hodges.
Durante el evento el senador Chris
Murphy, demócrata por el estado de Connecticut, realizó una larga intervención
en la cual resumió la posición que ha venido expresando durante el último año
en relación a la política de Trump hacia Venezuela. Murphy, quien comenzó su
carrera de legislador en 2007 como representante a la Cámara y ejerce como
senador desde 2013, ha orientado su actividad parlamentaria especialmente hacia
temas de política exterior. Pese a su condición de “senador junior”, su nombre
ya aparece entre posibles candidatos a encabezar el Departamento de Estado en
caso de producirse una victoria de su partido y, en todo caso, parece llamado a
ser un influyente operador y opinador sobre las posiciones demócratas en
asuntos exteriores desde el Senado. Según medios de prensa, Murphy habría
intervenido en la definición de la plataforma demócrata en lo tocante a
política exterior y los términos utilizados sobre Venezuela son similares a los
que el senador ha expresado durante el último año. En la redacción de la
plataforma demócrata igualmente habrían intervenido miembros del equipo de trabajo
del izquierdista Bernie Sanders.
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En un artículo publicado en The Washington
Post el 29ENE19, cuando en Venezuela asomaba la opción de Juan Guaidó al frente
de un gobierno provisional, el senador Murphy y el asesor adjunto de Seguridad
Nacional del gobierno Obama Ben Rhodes, escribieron que “ya no debería haber
ningún debate sobre la falta de legitimidad democrática de Maduro”. Llamando a
aportar el apoyo demócrata, Murphy y Rodes alegaron que “la administración
Trump tiene razón al poner la restauración de la democracia venezolana en el
centro de nuestro enfoque de esta crisis. El retorno a una democracia estable
interesa al pueblo venezolano, a EEUU y al hemisferio” y valoraron que Trump
estuviera actuando “en concierto” con otros países de la región. Pero los
autores calificaron como un “riesgo” que EEUU diera “reconocimiento público de
un presidente alternativo que no dirige el país” lo que sería uno más de los “pronunciamientos
audaces de política exterior de la administración Trump (…) que no están
respaldados por planes de implementación realistas” y aseguraban que “no hay
una opción militar creíble de los EEUU para invadir Venezuela, y sería
peligroso y desestabilizador hacerlo”. Según Murphy y Rodes en su artículo de
principios de 2019, “si las fuerzas armadas continúan respaldando a Maduro” el
apoyo a un gobierno de transición “puede parecer irresponsable, al tiempo que
le ofrece a Maduro la oportunidad de reunir a sus partidarios nacionales y
extranjeros contra la intervención de EEUU”. La línea propuesta por los
articulistas era que EEUU trabajara “con
socios internacionales para apoyar las negociaciones con todas las facciones de
Venezuela en busca de un gobierno de transición que pueda celebrar nuevas
elecciones. Además de ser liderado por una coalición de países de ideas afines,
ese esfuerzo deberá incluir el diálogo con países como Cuba y China que tienen
influencia en Caracas”. En tanto, EEUU debería “seguir endureciendo las
sanciones contra Maduro” y trabajar “en foros que esta administración ha
abandonado, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Corte Penal
Internacional, para aislar aún más a Maduro y abrir nuevas vías para la
rendición de cuentas”.
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El 20NOV19, Univisión público en
sus portales un nuevo artículo de Murphy sobre Venezuela donde afirmó que “el
presidente Trump claramente espera que sus sanciones petroleras derroquen la
dictadura de Maduro pero no hay señales de que esta estrategia esté teniendo
éxito, al igual que las sanciones no derrocaron a Castro, Putin o Jomeini”. Las
sanciones según Murphy “pueden estar consolidando aún más el control de Maduro
en el poder” mientras “Maduro y sus aliados se burlan de la retórica dura de
EEUU”. Pero Trump “no tiene que
renunciar a las sanciones para que sean efectivas; todo lo que necesita es
crear una válvula de alivio para abordar la crisis alimentaria de Venezuela” para
lo cual Murphy proponía un “programa de intercambio de ayuda internacional,
donde los ingresos de las ventas de petróleo podrían usarse para comprar
alimentos, medicamentos”. El senador demócrata igualmente resaltaba que “los
negociadores de Guaidó están abiertos a un alivio gradual de las sanciones a
cambio de otras concesiones políticas importantes” como el llamado a
elecciones, refiriéndose a las negociaciones que se había producido bajo el
auspicio de Noruega y que fueron finalizadas el 07AGO19.
En su intervención del 04AGO20 en
el Comité de Asuntos Exteriores, Murphy se quejó porque EEUU “socavó” esas
negociaciones y pocos meses después el Departamento de Estado presentó “un
marco de transición que casi es una copia a carbón de la que presentaron los
partidos políticos el año pasado”. En los actuales días de dura campaña
electoral, Murphy decidió confrontar a Trump sobre el tema Venezuela y lo acusó
de haber “empoderado a un dictador brutal”. “El juego ganador estaba justo delante de
nosotros: reunir a toda América Latina detrás de una transición o nuevas
elecciones libres, y trabajar con o neutralizar a los patronos de Maduro
(Rusia, Cuba, y en menor medida China)” pero Trump no lo hizo según el senador demócrata.
El “tema Venezuela” forma parte
de la agenda electoral del año 2020 en los EEUU. No cabe duda. Desde la Casa
Blanca y los comités de apoyo a Donald Trump se difunden las acusaciones contra
las tendencias socialistas o comunistas dentro del Partido Demócrata a la
cuales se habría entregado el candidato Joe Biden. A temas recurrentes en la
confrontación partidista como los impuestos, o nuevos temas como la reducción
de los presupuestos para los cuerpos policiales, o la legalización de
migrantes, en la campaña electoral del año 2020 se ha incorporado el tema entre
capitalismo y comunismo éste último ejemplificado con Venezuela. Pese a que
propuestas como la del senador Murphy están orientadas hacia un cambio de
régimen en Venezuela, la cercanía de otros sectores del Partido Demócrata con
los regímenes castrochavistas ha encendido alarmas sobre una posible
orientación de la política exterior de EEUU en manos demócratas.
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El gobierno socialista de España
se sumó al Grupo de Puebla. El 13JUN20 se conoció la incorporación de la
española Irene Montero a la organización que reúne una larga lista de
celebridades de la izquierda latinoamericana y que intentan crear condiciones
para la retoma del poder luego que el castrochavismo fuera desplazado de
numerosos gobiernos. Junto a José Rodríguez Zapatero que forma parte de los
fundadores del GP, la presencia de Montero completa la figuración de los dos
partidos que conforman al gobierno de Pedro Sánchez. Montero es la esposa de
Pablo Iglesias y ambos son parte de la cuota de Podemos en calidad de Ministra
de la Igualdad y como Segundo Vicepresidente.
Con la participación de una
ministra en funciones española, ya serían tres los gobiernos involucrados en
GP, Los otros dos son el gobierno de Argentina a manos del propio presidente
Alberto Fernández y el gobierno de México que opera en el GP por medio
Maximiliano Reyes Zúñiga quien ejerce como Subsecretario (vicecanciller) para
América Latina y el Caribe.
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