Informe Otálvora del 11 de marzo de 2022
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Vicepresidenta del régimen chavista Delsy Rodríguez con el canciller ruso Serguéi Lavrov el 10MAR22 en Antalya, Turquía. Foto: MinExteriores Rusia.
Los resultados de las elecciones presidenciales colombianas
del 29MAY22 condicionaran la continuidad de las relaciones de Colombia con EEUU
especialmente en el área militar.
El eventual suministro de aviones de combate F16, como
reemplazo de los obsoletos Kfir de la Fuerza Aérea Colombiana, estaría en
suspenso ante la eventualidad del triunfo del izquierdista Gustavo Petro.
El 10MAR22 el presidente colombiano Iván Duque fue
finalmente recibido en la Casa Blanca por Joe Biden quien anunció la
designación de Colombia como “país aliado estratégico no miembro de la OTAN”.
Tal designación en teoría facilitaría la adquisición de material bélico
estadounidense.
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Comenzando el gobierno Biden, el colombo-estadounidense Juan
González, “Asistente Especial” presidencial de Joe Biden y Director para el
Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, en entrevista con su
paisana Patricia Janiot del 13MAR21, afirmó que “la democracia a Venezuela no
llegará mañana, tomará tiempo y tenemos que empujar a que el régimen se siente
con la oposición como iguales a negociar una salida. Los venezolanos son los
que tienen que hablar del futuro del país”. Para lograr que Maduro se siente a
negociar con la oposición, el asesor de Biden indicó que “vamos a seguir
incrementando la presión de una manera multilateral, que es lo que tiene efecto
a favor de una salida democrática”, para lo cual EEUU se propone “formar un
consenso entre la comunidad internacional para asegurar que quienes están robando
miles de millones de dólares de Venezuela, no encuentren refugio en ninguna
parte del mundo”. González resaltó la vía multilateral que buscaría el nuevo
gobierno ante Venezuela: "la administración anterior habló de una
coalición internacional, pero todo lo que estaba haciendo era unilateral"
y el “consenso internacional [sobre Venezuela] se estaba rompiendo por las
acciones políticas unilaterales” del gobierno Trump.
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El 15FEB22, a solicitud del gobierno de EEUU, se produjo una
reunión de funcionarios de rango medio de las cancillerías de Australia,
Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, EEUU, Ecuador, Panamá, Paraguay,
República Dominicana, Uruguay, Francia, Alemania, Italia, Japón, Nueva Zelanda,
Portugal, España, Suecia, Reino Unido y la Unión Europea. Se trató de la
conclusión de los esfuerzos de la diplomacia del gobierno Biden para definir
una agenda multilateral para Venezuela. El documento promovido por EEUU resaltó
“la importancia de reanudar urgentemente las negociaciones inclusivas en México
de buena fe, (…) la necesidad de un acuerdo sobre un organismo electoral
independiente e imparcial, con máxima autoridad sobre el proceso electoral, y
sobre un sistema de justicia independiente e imparcial, actuando únicamente
como garante de las libertades políticas” para unas “elecciones legislativas y
presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes –estas últimas a más tardar
en 2024…”.
Además, según el documento que fue divulgado el 16FEB22 por
el Departamento de Estado de EEUU, “los participantes reiteraron su voluntad de
revisar las políticas de sanciones basadas en un progreso significativo en el
marco de estas negociaciones lideradas por Venezuela”.
Este es, en definitiva, el marco en el cual se mueven
actualmente los gobiernos que promueven la redemocratización de Venezuela y son
básicamente los elementos que expusiera Juan González un año atrás.
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El Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, usualmente
ocupado en temas extracontinentales, concretó una reunión el 02MAR22 en
Washington con sus colegas de Costa Rica, República Dominicana y Panamá,
Rodolfo Solano, Roberto Álvarez y Erika Mouynes respectivamente.
En la agenda estuvo el tema migratorio a nivel regional, la
cooperación en el combate del COVID19, el restablecimiento de la democracia en
Nicaragua, exaltaron al nuevo gobierno de Honduras, discutieron sobre restaurar
la democracia en Haití y, sobre la defensa de la democracia y la soberanía de
Ucrania.
La importante lista de temas dejaba al descubierto que el
“tema Venezuela” desapareció de las prioridades políticas regionales. Venezuela
que era asunto infaltable en cualquier reunión de autoridades diplomáticas del
Continente dejó de ser relevante para la diplomacia continental. EEUU abandonó
el activismo internacional para un rápido cambio de régimen en Venezuela y ha
optado a dar como un hecho, más o menos inmodificable a corto plazo, que en
Venezuela gobierna una dictadura. Mantener el esquema de sanciones heredado de
los gobiernos Obama y Trump, procurar la liberación de estadounidenses
presos-rehenes del gobierno Maduro, mantener el apoyo formal y financiero al
“gobierno” de Juan Guaidó pero abriendo un canal directo con la dictadura de
Maduro, pareciera ser el esquema que los “muchachos” de Biden han definido como
su esquema para Venezuela.
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Roger D. Carstens, oficial retirado del Ejército de EEUU y
quien desde el 01MAR20 ejerce como Enviado Especial para asuntos de rehenes del
Departamento de Estado, llegó a Venezuela el 07DIC21 en una misión “secreta”.
Por casi una semana el funcionario del gobierno estadounidense estuvo en
Caracas en gestiones relacionadas con estadounidenses que permanecen presos en
Venezuela por órdenes del gobierno Maduro. Por intermedio de gobiernos europeos
que aún conservan representantes diplomáticos en Caracas y gestiones de
parlamentarios estadounidenses que mantienen vínculos con Venezuela, la
diplomacia de EEUU habría ido creando las condiciones para la visita de
Carstens. El enviado de Washington finalmente logró visitar a ocho de los
estadounidenses presos en Venezuela y recolectó pruebas de vida que fueron
entregadas a sus familiares en EEUU. Como consecuencia de aquella visita el
tema de la liberación de los presos estadounidenses cobró una nueva dinámica y
en la Casa Blanca existía la percepción de que podría lograrse un éxito
diplomático al lograr el regreso de los rehenes.
La noche del sábado 05MAR22 se produjo en el Palacio de
Miraflores en Caracas una reunión entre Nicolás Maduro y una delegación
estadounidense que había viajado en secreto. La delegación cuya composición no
ha sido totalmente revelada, habría estado encabezada por Juan González quien
estaba acompañado de Carstens y del Embajador de EEUU en Venezuela (que opera
desde Bogotá) James Story. La misión diplomática de Suiza, país que sirve de
custodio de los intereses de EEUU en Caracas, habría prestado apoyo operativo a
la delegación estadounidense. En la reunión de Maduro con los enviados de EEUU
habría participado su esposa Cilia Flores y por el negociador oficial del
régimen Jorge Rodríguez. Esa misma noche se produjo también un encuentro entre
los enviados de EEUU y el jefe negociador de la oposición venezolana, Gerardo
Blyde, quien fue informado sobre las conclusiones del encuentro con Maduro.
Lo que debía ser una reunión secreta con un posible
resultado feliz por la liberación de alguno o algunos presos estadounidenses,
se convirtió en un escándalo político cuando la noche del 05MAR22 el portal de
New York Times y la agencia Reuters revelaron el viaje a Caracas. Las hipótesis
más diversas comenzaron a circular, entre ellas medios y analistas a nivel
global hablaban de un pacto para que Venezuela proveyera petróleo a EEUU, una
gestión para que Maduro corte sus relaciones con el gobierno ruso de Vladimir
Putin, la eliminación de las sanciones impuestas por EEUU al régimen chavista,
el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la ruptura de Washington
con Juan Guaidó…
Lo que pudo ser un golpe propagandístico favorable a la
gestión de Biden se convirtió en un problema de opinión pública, a la vez que
quedaba en evidencia que el poderoso lobby petrolero estadounidense mantiene
fuerte presión para que el gobierno de EEUU autorice el reinicio de actividades
en Venezuela. La invasión rusa a Ucrania es el más reciente argumento utilizado
por empresas estadounidense petroleras y de ingeniería petrolera para retomar
sus negocios con la estatal petrolera venezolana. Según Pedro Burelli, venezolano
residenciado en Washington y que ha hecho carrera en el mundo petrolero, la
idea de intercambiar rehenes en manos de Maduro a cambio de levantar las
sanciones petroleras al régimen chavista y la consecuente posibilidad de que la
empresa Chevron reactive operaciones en Venezuela, habría sido introducida al
gobierno Biden por Amos Hochstein quien ejerce como Asesor senior de seguridad
energética. Horchstein tiene un conocido historial como lobista en Washington.
El “timing” errado que no tomó en cuenta la
hipersensibilidad global por la invasión a Ucrania y la decisión de realizar la
reunión en Caracas en secreto, buscando un efecto teatral con la liberación de
los presos, dieron al traste con el impacto procurado con la “Operation Belieber”.
El 09MAR22 el Departamento de Estado emitió un comunicado
informando que habían llegado a EEUU, acompañados del Enviado especial Roger
Carstens, dos de los estadounidenses que permanecían presos en Venezuela. El
comunicado firmado por el Secretario de Estado no hizo mención a la misión que había
viajado a Caracas. Parecía que, como ya ocurrió en tiempos de Trump, la Casa
Blanca de Biden está dejando fuera al Departamento de Estado de su diplomacia
hacia la dictadura chavista.
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El lunes 07MAR22 durante la rueda de prensa diaria, la
Secretaria de Prensa de la Casa Blanca Jen Psaki fue interrogada sobre la
reunión en Caracas. “El propósito del viaje que realizaron los funcionarios fue
discutir una variedad de temas, incluida sin duda la seguridad energética, pero
también discutir la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses
detenidos”, dijo Psaki. La subsecretaria para Asuntos Políticos del
Departamento de Estado, Victoria Nuland, quien había sido convocada por el
Comité de Relaciones Exteriores del Senado para una sesión sobre Ucrania el
08MAR22, fue interrogada sobre el viaje a Caracas y en su respuesta ratificó el
reconocimiento de EEUU a Juan Guaidó como “líder” de Venezuela. Nuland aseguró
que no había “una nueva estrategia” hacia Venezuela y dijo que el propósito del
viaje había sido velar por los estadounidenses presos y forzar a que Maduro se
siente nuevamente en la mesa de negociación con la oposición.
Tras casi una semana en la cual el Departamento de Estado y
la Casa Blanca no se pronunciaron expresamente sobre la misión que había
viajado a Caracas, el asistente especial Juan González optó por ofrecer
declaraciones en una obvia operación de control de daños justamente en la zona
del país donde el “tema Venezuela” tiene mayor impacto electoral. González
conversó el 11MAR22 con el periodista venezolano Julio Cesar Camacho quien
transmite en la estación Actualidad 1040 desde Miami, Florida.
González reconoció haber formado parte de la delegación que
viajó a Caracas. Afirmó que el propósito de la visita había sido presionar por
la liberación de los presos estadounidenses y transmitir directamente a Maduro
la posición del gobierno de EEUU sobre la transición en Venezuela. Cualquier
paso en relación a aliviar la presión de las sanciones dependerá de los
acuerdos a que Maduro y la oposición lleguen en la mesa de negociación que
deberán incluir la libertad de los presos políticos y la realización de
elecciones, reiteró González. “No fue una negociación”, “nos reunimos con
Maduro así como nos reunimos con otros dictadores”. “No buscamos derrocar a
Maduro por la fuerza”. “El restablecimiento de la democracia debe ser en el
campo electoral”. “Reconocemos a Juan Guaidó pero hablaremos con todos”. Esas
fueron algunas de las expresiones del enviado del gobierno de EEUU en su
conversación con Camacho.
El canciller de Maduro, Felix Plasencia, durante una
intervención en el “Antalaya Diplomacy Forum” en Turquía, el 12MAR22, afirmó que las empresas estadounidenses y el
gobierno de EEUU habían mostrado interés en reactivar el comercio petrolero con
Venezuela. Plasencia afirmó que Maduro está preparado a vender petróleo a EEUU,
petrolero por cierto que no está en capacidad de producir a niveles
significativos.
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El gobierno de Joe Biden en la reunión en Miraflores, ratificó
que está dispuesto a aliviar las sanciones que EEUU ha impuesto al régimen
chavista a cambio de acuerdos políticos que garanticen la redemocratización del
país mediante un proceso electoral confiable.
Se trata en el fondo de la misma línea que el gobierno de Trump
ya había expuesto en dos documentos del año 2020, en los cuales ofrecía la
reducción de las sanciones a cambio de procesos de transición en Venezuela. El
09ENE20 el gobierno Trump hizo público un plan para Venezuela en el cual
diseñaba una “rápida transición negociada”. El 31MAR20, el Secretario de Estado
de Trump, Mike Pompeo, presentó el documento “Marco de Transición Democrática”
que suponía el retiro simultaneo de Maduro y Guidó de sus respectivas
“presidencias” y la conformación de un gobierno de transición que organizaría
las elecciones. Ambas propuestas del gobierno Trump se resumían en la propuesta
de propiciar negociaciones entre Maduro y las fuerzas democráticas del país.
La continuidad en el enfoque hacia Venezuela fue confirmada
el 13MAR22 por Jake Sullivan, el Asesor de Seguridad Nacional de Biden. Durante
una intervención en el programa "Meet the Press" de NBC, Sullivan
afirmó: “Y lo que te diré es esto, Chuck. Cualquier alivio de las sanciones que
proporcionemos, como fue cierto en la última administración y es cierto en esta
administración, tiene que estar vinculado a pasos concretos que tomen Maduro y
las personas que lo rodean”.
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La inclusión de Juan González en la delegación que viajó a
Caracas, tal como él mismo resaltara en su conversación con Camacho, fue la
primera visita de un alto funcionario de la Casa Blanca al Palacio de
Miraflores quizás desde el ascenso de Hugo Chávez al poder en 1999.
El antecedente más cercano en cuanto a contactos directos
entre emisarios de la Casa Blanca y el régimen chavista se remontaría al
17SEP20 cuando Richard Grenell, por instrucciones directas de Donald Trump y de
su Asesor de Seguridad Nacional Robert O’Brien, se reunió en Ciudad de México
con Jorge Rodríguez. Aquella cita habría sido un verdadero diálogo de sordos.
Grenell pedía en nombre de Trump que Maduro abandonara la Presidencia a cambio
de garantías para él y su familia, mientras Rodríguez insistía en un
intercambio de presos. La liberación del operador financiero de Maduro, Alex
Saab, detenido entonces en Cabo Verde a solicitud de EEUU, era exigida por
Rodríguez quien ofrecía la liberación de seis funcionarios de la petrolera
CITGO, de nacionalidad estadounidense, encarcelados en Venezuela. En la reunión
en Ciudad de México habría participado Erik Prince, el fundador de la firma
Blackwater y quien durante el gobierno Trump actuó como enlace no oficial de la
Casa Blanca con el Palacio de Miraflores. La agencia Reuters reseñó en su
momento que Prince habría estado reunido con la vicepresidenta de Maduro, Delsy
Rodríguez, en Caracas alrededor del 20NOV20.
Según John Bolton, quien actuó como Asesor de Seguridad
Nacional por poco más de un año hasta su explosiva salida del cargo el 10SEP19,
Trump regularmente exponía sus deseos de sostener una reunión con Maduro “para
resolver todos nuestros problemas”. Tales deseos le fueron expuestos por Trump
a Iván Duque quien visitó la Casa Blanca el 13FEB19. Estos hechos son narrados
por Bolton en su libro “The Room Where It Happened” publicado en 2020.
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Mientras la delegación del gobierno Biden se aprontaba para
aterrizar en Venezuela, en Caracas el régimen celebraba el V Congreso del Partido
Socialista Unido de Venezuela PSUV. El 05MAR22 se cumplían nueve años de la
fecha oficial del fallecimiento de Hugo Chávez y el aparato del partido estaba
congregado. Durante su discurso a los participantes, Nicolás Maduro se hizo
acompañar en el presídium del boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael
Correa. El embajador ruso en Caracas, Sergey Mélik-Bagdasárov, igualmente asistió
a las actividades del congreso chavista y fue ovacionado en diversas ocasiones.
El régimen chavista forma parte de los actores
internacionales que activamente respaldan la invasión rusa a Ucrania. El
10MAR22 la vicepresidente Ejecutiva del régimen chavista, Delsy Rodíguez,
sostuvo una reunión con el canciller ruso Serguéi Lavrov en Antalya, Turquía.
Rodríguez se hizo acompañar del canciller del régimen, Félix Plasencia, a la
reunión con Levrov en la cual ratificaron la “asociación estratégica” entre
ambos gobiernos y la “identidad de las posturas de Rusia y Venezuela hacia la
mayoría de los problemas mundiales”.
A raíz de las sanciones impuestas por EEUU al régimen
chavista, Rusia ha estado prestando en los últimos años servicios de
triangulación bancaria para las operaciones financieras del gobierno Maduro.
Uno de los temas que apuraban la reunión de la enviada de Maduro con el
canciller Levrov habría sido los términos en los cuales se manejaran los
depósitos bancarios que mantiene el régimen en bancos rusos ahora sancionados
por EEUU y la Unión Europea. La imposición de restricciones bancarias impuestas
por el propio gobierno ruso estaría afectando la movilidad de los dineros
chavistas.
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