Informe Otálvora del 18 de febrero de 2022
Jair Bolsonaro acompañado de Vladimir Putin el 16FEB22 en
Moscú. Foto: Presidencia de Brasil
Tiempos de cambio en la propaganda política continental: La
derecha asume la denominación de “libertarios”. Los de izquierda ahora gustan
denominarse de “progresistas”.
Por ejemplo. El 18FEB22 en Bogotá, un grupo de “progresistas”
asociados al candidato presidencial Gustavo Petro, enarbolando una bandera “estelada”
de los secesionistas catalanes, lanzaron piedras contra las vidrieras del hotel
donde se reunía un grupo de “libertarios” de Iberoamérica convocados por el
grupo “Foro Madrid” vinculado, entre otras organizaciones, con el partido
español Vox. En el evento participaban figuras como Hermann Tertsch, Álvaro
Uribe Vélez, María Corina Machado, los brasileños Eduardo Bolsonaro y Ernesto
Araújo, el argentino Javier Milei, entre
otros.
Previamente, el 07ENE22, Petro había lanzado su campaña
electoral en Barcelona, España, apadrinado por Oriol Junqueras el secesionista presidente
de la “Esquerra Republicana de Catalunya”. Durante su periplo español, Petro
iba escoltado de cerca por el ahora omnipresente Juan Carlos Monedero, el
teórico del partido Podemos y asesor de los gobiernos de Hugo Chávez, Nicolás
Maduro, Rafael Correa, Evo Morales y del próximo gobierno del chileno Gabriel
Boric.
Los “progresistas”, se congregan en el Grupo de Puebla, la
organización VIP del Foro de São Paulo. Los “libertarios” intentan estructurar
un núcleo para la coordinación política internacional.
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Por cierto, la fórmula inventada por Monedero y su grupo
(incluía entonces a Íñigo Errejón) para las reformas constitucionales en
Bolivia y Ecuador, impulsadas por Morales y Correa y que declararon a esos
países como “plurinacionales”, fue aprobada el 18FEB22 para ser asumida también
por Chile según lo aprobado por la actual Convención Constitucional de ese
país.
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El principal operador de política exterior de Bolsonaro es
un militar: el almirante de escuadra Flavio Viana Rocha. Así como Lula da Silva
y Dilma Rousseff mantenían en el Palacio de Planalto a Marco Aurelio García
como su operador político en el exterior, al margen y en ocasiones en contra de
la cancillería de Itamaraty, ahora Bolsonaro cuenta con Viana Rocha como su
emisario directo ante gobiernos extranjeros.
Inicialmente el aparato de política exterior de Bolsonaro
estaba configurado por su hijo el diputado Eduardo Bolsonaro, el joven
politólogo Felipe Martins designado asesor presidencial con oficina en el
Palacio de Planalto y, Ernesto Araújo un diplomático de carrera recién ascendido
en 2019 al rango de Embajador quien fue designado Ministro de Exteriores.
Martins carecía de la larga experiencia y los vínculos internacionales del operador
de Lula el fallecido izquierdista Marco Aurelio García. Por su parte Araújo
desde el inicio de su gestión en la cancillería de Itamaraty entró en choque
con sus colegas hasta que fuera obligado a renunciar el 29MAR21. Martins y
Araujo se encuadraban en una diplomacia fuertemente ideologizada influida por
el “filósofo” Olavo de Carvalho confrontado con el usual pragmatismo de la
cancillería brasileña y con las necesidades de Bolsonaro de ampliar su base de
apoyo partidista en el Congreso. Araujo fue reemplazado por el diplomático Carlos
Franco França quien ha sido el encargado de “normalizar” la gestión exterior
del gobierno Bolsonaro incluyendo abrir canales en el Washington del gobierno
Biden.
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Para la diplomacia presidencial directa, Bolsonaro se apoya
en la experiencia internacional del almirante Viana Rocha quien actúa en
condición de Secretario de Asuntos Estratégicos. Viana Rocha ha sido el encargado
de mantener puentes entre el gobierno izquierdista de Alberto Fernández y
Bolsonaro. Igualmente fue comisionado para entroncar con el gobierno de Rusia.
Viana Rocha viajó a Moscú en diciembre de 2021 en un viaje que fue seguido de
cerca por EEUU. Oficialmente el viajo tenía como propósito revisar temas de
cooperación militar entre ambos países, aunque igualmente se trataba de
concretar aspectos de una visita de Bolsonaro a Rusia, atendiendo a una
invitación que Vladimir Putin le había extendido en 2019 cuando el ruso visitó
Brasil a propósito de la cumbre de los llamados BRICS. El tema de la visita de Bolsonaro a
Moscú, en medio de las tensiones prebélicas alrededor de Ucrania, llamó la atención
de la diplomacia de EEUU ocupada en formar una alianza internacional ante
Rusia.
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Bolsonaro disfrutó durante el gobierno de Donald Trump de un
tratamiento privilegiado en la Casa Blanca, situación que cambió con el arribo
de Joe Biden. En Brasilia algunos seguidores de la vida política brasileña
calculan que en el seno de la familia Bolsonaro se sintió despecho por el
cambio de su valoración y acceso a la Casa Blanca. En recurrentes viajes a
EEUU, Eduardo Bolsonaro suele participar en reuniones con el exmandatario
Donald Trump y con Steve Bannon, en demostración de que el clan Bolsonaro
mantiene sus vínculos especiales con ese sector político estadounidense.
Incluso, las recientes posiciones pro Rusia, emitidas por connotados publicitas
del trumpismo, como el locutor Tucker Carson de la cadena Fox y el propio
Bannon, pudiera ser una de las explicaciones para que Bolsonaro decidiera
viajar a Rusia en momento de alta confrontación entre Washington y Moscú. La visita a Moscú el 01FEB22 de otro amigo de
Trump y Bannon, el primer ministro húngaro Viktor Orbán y, la posterior visita
de Bolsonaro a Orbán el 17FEB22, han dado cuerpo a esta línea de interpretación
del viaje del brasileño a tomarse una fotografía con Vladimir Putin.
Sectores de la izquierda del Partido Demócrata de EEUU,
influenciados por sus conexiones con la izquierda brasileña, mantienen
posiciones de rechazo a Bolsonaro en razón de temas como Derechos Humanos y
manejo de la Amazonía. El gobierno Biden bajó la intensidad de sus conexiones
con Brasilia y el secretario de Estado Antony Blinken no ha visitado Brasil.
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El anuncio de la visita de Bolsonaro a Moscú, negociada por Viana
Rocha, desencadenó una sucesión de comunicaciones desde Washington a Brasilia.
El 10ENE22, el secretario de Estado Blinken se comunicó con su colega brasileño
Carlos França “sobre las prioridades compartidas, incluida la necesidad de una
respuesta fuerte y unida contra nuevas agresiones rusas contra Ucrania”. El 30ENE22 se produjo una inusual nueva
llamada de Blinken a França en la cual el tema de la amenaza de invasión rusa a
Ucrania fue nuevamente puesta en el tapete. Las llamadas se justificaban porque
EEUU estaba promoviendo una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU para
tratar el asunto de Ucrania y Brasil forma parte de ese Consejo desde el
01ENE22. Para EEUU era importante contar con el apoyo de Brasil, primero para
garantizar la convocatoria de la sesión y, segundo, para contar con una
posición consensuada ante Rusia.
La sesión del Consejo de Seguridad tuvo lugar el 31ENE22 y
la posición del vocero brasileño, embajador Ronaldo Costa Filho, confirmó que
el gobierno Bolsonaro ya no estaba jugando en cuadro cerrado con EEUU. Brasil
respaldó la celebración de la sesión del Consejo, a la cual se oponía Rusia y
China, pero la posición expresada por el embajador brasileño no asumió la tesis
de EEUU sobre la ofensiva rusa contra Ucrania. “Brasil destaca la necesidad de
buena fe para abordar las preocupaciones de seguridad legítimas de todas las partes,
incluidas las de Rusia y Ucrania”, con lo cual asumía la tesis rusa según la
cual su presión militar sobre Ucrania responde a las necesidades de la seguridad
nacional rusa.
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Varias fuentes en Brasilia y Washington aseguran que el
Departamento de Estado de EEUU habría tratado de convencer al gobierno
brasileño sobre el inoportuno momento para la visita a Moscú. Otros aseguran
que el Departamento de Estado habría transmitido a Bolsonaro el deseo de
Washington de aprovechar su conversación con Putin para ratificarle la posición
a favor de desestimular una acción armada contra Ucrania y retomar una línea de
negociación diplomática sobre los temas de seguridad europea. Esta última idea
fue efectivamente expresada por Bolsonaro en un discurso preparado que leyó en
presencia de Putin el 16FEB22, pero lo que trascendió internacionalmente fue la
frase que el brasileño expresara a Putin durante la primera conversación que
fue grabada y distribuida por el gobierno ruso. “Somos solidarios à Rússia” le
dijo claramente Bolsonaro a Putin en un encuentro sin cancilleres, en una frase
que por lo genérica quedó abierta a la interpretación. Con aquella declaración
y las fotos respectivas, Putin pudo mostrar que en medio de su confrontación
con EEUU y Europa cuenta con amigos a este lado del Atlántico.
Por su parte, Bolsonaro en su discurso ante Putin aseguró
que “ambos comparten valores comunes, como la creencia en Dios y el respeto a
la familia”.
Según reportó la corresponsal de la cadena brasileña O Globo
en Washington, Raquel Krähenbühl, la frase de la solidaridad de Bolsonaro a
Putin desató gran malestar en el Departamento de Estado de EEUU. El
pronunciamiento oficial estadounidense lo emitió la vocero de la Casa Blanca
Jen Psaki el 18FEB22 quien afirmó que Brasil podía estar en este momento “del
otro lado de la comunidad global”. El 19FEB22 la cancillería de Bolsonaro
emitió un escueto comunicado afirmando que “no considera constructivas, ni
útiles, extrapolaciones sobre el discurso del Presidente” como las expresadas
por Psaki, mientras Bolsonaro negaba que su viaje a Rusia hubiera sido para
respaldar la posición de Putin.
La independencia de la política exterior brasileña y el
interés geopolítico de proyectar el poder blando de Brasil fueron algunos de
los argumentos a favor del viaje de Bolsonaro a Rusia, expresados por analistas
de temas militares de Brasil.
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Mientras Bolsonaro viajaba a Rusia para molestia de EEUU, un
importante emisario ruso visitaba a sus tres principales aliados en Latinoamérica.
Yuri Ivanovich Borisov es uno de los viceprimeros ministros del régimen ruso.
Su área de trabajo es el complejo militar ruso y en los últimos años se ha
convertido en un usual visitante a los aliados latinoamericanos. Borisov visitó
Caracas, Managua y La Habana entre el 16FEB22 y el 19FEB22 siendo recibido
personalmente por Nicolás Maduro y Daniel Ortega. Borisov fue recibido en 2021
por Raúl Castro aunque en esta ocasión fue atendido por el vice primer ministro
cubano Ricardo Cabrisas.
En las tres paradas del ruso el tema tratado fue el de la
cooperación militar y el apoyo de las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Cuba
al gobierno de Rusia en su confrontación con EEUU. El comunicado oficial
emitido por el Ministerio de Exteriores cubano obvió el tema “defensa” entre
los asuntos en los cuales los dos gobiernos pretenden una “profundización de
las relaciones”
Venezuela, Nicaragua y Cuba son las principales opciones de
los potenciales emplazamientos para apoyo logístico a la armada y la fuerza
aérea rusa en territorio americano.
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