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El nuevo Presidente de
Gobierno español Pedro Sánchez y el jefe de Podemos Pablo Iglesias el 01JUN18.
Foto: PSOE
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El Grupo de Lima más
EEUU aspiran que la Asamblea General de la OEA apruebe una resolución
condenatoria del gobierno de Nicolás Maduro la cual está siendo negociada entre
las distintas delegaciones. Una de las opciones que se maneja sería la
aprobación de la convocatoria a una “Reunión de Consulta” de los Ministros de
Relaciones Exteriores para debatir la suspensión de Venezuela de la OEA. Para
aprobar la convocatoria a esa reunión extraordinaria, que podría tener lugar el
propio 05JUN18 aprovechando la presencia en Washington de los cancilleres, sólo
se requieren 18 votos con los cuales ya cuentan los promotores de la acción. La
suspensión de Venezuela de la OEA requeriría 23 votos y aún existen dudas sobre
acuerdos políticos que pudieran permitir esa votación.
El expediente formado
en la OEA contra el gobierno Maduro se vio incrementado esta semana. El 29MAY18
fue presentado el documento final elaborado por un grupo de expertos designados
por Luis Almagro para conocer y analizar casos de violaciones de Derechos
Humanos en Venezuela. La Secretaria General de la OEA informó que según el
informe “existe fundamento suficiente para considerar que se han cometido
crímenes de lesa humanidad en Venezuela que se remontan por lo menos al 12 de
febrero de 2014”.
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La salida de Mariano
Rajoy de la presidencia del gobierno español el 01JUN18 y la designación del
socialista Pedro Sánchez como sucesor en el cargo, representa una incógnita
sobre el papel que la política exterior de España jugará en el futuro inmediato
en la crisis venezolana. Rajoy desarrolló una muy estrecha relación con los
variados sectores de la oposición venezolana la cual se materializó en diversas
acciones de gobierno desde la concesión de residencia y nacionalidad española a
perseguidos políticos hasta la definición y promoción de iniciativas ante la
Unión Europea para presionar el régimen chavista. De hecho, los altos jerarcas
del régimen chavista celebran la caída del gobierno Rajoy como una victoria
propia.
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El PSOE que llega al
gobierno es una organización dividida incluso en cuanto al enfoque sobre el
chavismo como lo han estado los partidos socialdemócratas europeos en las
últimas dos décadas. El PSOE, como miembro de la Internacional Socialista y
Pedro Sánchez personalmente han asumido posiciones de creciente crítica al
régimen chavista rechazando, por ejemplo, a la Asamblea Constituyente creada
por Maduro en 2017. En diversas ocasiones Sánchez y el PSOE se han pronunciado
por la libertad de líderes presos como Leopoldo López. Pero el PSOE, a juicio
de opositores venezolanos que hacen vida política en Madrid, se ha mostrado
poco activo en iniciativas parlamentarias de apoyo a los sectores democráticos
venezolanos. Las posiciones de los expresidente socialistas Felipe González y José
Rodríguez Zapatero son diametralmente opuestas ante el régimen venezolano:
mientras Zapatero es un habitué del
Palacio de Miraflores, González no visita Venezuela ya que según Maduro “ese señor
vino a desconocer las instituciones venezolanas, a apoyar a grupos extremistas
que han querido derrocarme”. El 09JUN15, González salió de Venezuela a bordo de
una aeronave de la presidencia de Colombia ante la inminente expulsión con la
que lo amenazaba el gobierno Maduro. Es un hecho que dentro del PSOE existen sectores
que apoyan la línea implementada por Zapatero mostrada al público como un
esfuerzo de “mediación”. Las gestiones de Zapatero en Venezuela son aplaudidas
por el partido Podemos vinculado con el chavismo y socio de Sánchez en la
maniobra para expulsar a Rajoy del gobierno.
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El 21MAY18 pocas horas
después de las “votaciones” en Venezuela en las cuales no participó la
oposición, el Secretario de Relaciones Internacionales del PSOE y hombre de
confianza de Sánchez, el tinerfeño Héctor Gómez, emitió un comunicado reconociendo en nombre su partido “el papel y
el esfuerzo incansable del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero por alcanzar
una solución dialogada”, “un trabajo difícil y complejo que requiere de
muchísima voluntad y que merece todo nuestro reconocimiento”. La posición
socialista contrastó con la opinión procedente del interior del gobierno Rajoy según
el cual la credibilidad de Zapatero estaba agotada ante su evidente actuación a
favor de los intereses del gobierno chavista.
Aparte del
reconocimiento a Zapatero, el vocero internacional del PSOE afirmó que
Venezuela vive una “situación de anormalidad política” y adelantó que “los
socialistas seguirán trabajando para que la convivencia en paz y la normalidad
democrática sea una realidad para el pueblo venezolano, algo imposible mientras
haya presos políticos, no se supriman las prohibiciones sobre políticos de la
oposición para participar en una campaña electoral con garantías y mientras no
se asegure la composición equilibrada e imparcial de los órganos de la
administración electoral”. Esta declaración se produjo cuando el retorno del
PSOE al gobierno parecía remoto. El gobierno de Sánchez que arranca el 02JUN18 y
podría tener fin en pocos meses, nace débil al ser producto de una confluencia circunstancial
con intereses de Podemos y organizaciones independentistas y secesionistas. A
cambio de sus votos en el parlamento, los aliados del chavismo en España están exigiendo
entrar al gobierno de Sánchez y desarrollar un “programa de gobierno
progresista”.
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La capacidad del nuevo
gobierno español para modificar la orientación de la Unión Europea hacia
Venezuela parece escasa o nula. El 28MAY18 los ministros de Asuntos Exteriores
de la UE, en respuesta a las votaciones del 20MAY18 en Venezuela, acordaron actuar
“rápidamente, con arreglo a los procedimientos establecidos, con el fin de
imponer medidas restrictivas adicionales, selectivas y reversibles”. Las nuevas
sanciones europeas a altos jerarcas chavistas y a su gobierno podrían ser
anunciadas el 25JUN18 desde Luxemburgo donde se realizará la próxima reunión
del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE.
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Por instrucciones del
Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, fue creada una “Plataforma
Regional Interagencias” para dar “una respuesta operativa” a los “millones de venezolanos
que han abandonado y continúan abandonando su país”. La tarea fue asignada por
Guterres el 12ABR18 a dos organismos dependientes de la ONU: la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM) y la oficina del Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En correspondencia dirigida a Guterres con fecha 28MAY18, el director de OIM William L. Swing y el Alto Comisionado para los
Refugiados Filippo Grandi “habiendo concluido las elecciones en Venezuela” dan cuenta de los pasos organizativos
realizados para coordinar acciones de distintas agencias internacionales y de
gobiernos de la región para atender el flujo de venezolanos que se están
dirigiendo hacia países de Latinoamérica y el Caribe. La italiana Renata Dubini
como Directora de ACNUR para las Américas y el uruguayo Diego Beltrand Director
Regional de OIM para Suramérica fueron designados coordinadores regionales de esa plataforma para
atender la masiva migración venezolana en la región.
Dubini, por cierto, viajó
a Caracas en octubre de 2017 escoltando al jefe de Operaciones de ACNUR George
William Okoth-Obbo junto a quien participó en reuniones con funcionarios de la
cancillería. Irónicamente en aquella fecha el ugandés Okoth-Obbo fue a Caracas
para “reforzar y profundizar la gestión que impulsa el gobierno venezolano para
los refugiados”. Seis meses después ya ACNUR había descubierto que el problema real
es la llegada de desplazados venezolanos a los países del vecindario.
