Informe Otálvora del 16 de septiembre de 2023
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Alberto Fernández de Argentina y Lula da Silva de Brasil durante la cumbre del G77 en La Habana el 16SEP23. Foto: Palacio de Planalto.
Tucker
Carlson, el periodista estadounidense promotor de Donald Trump y más
recientemente de Jair Bolsonaro y del argentino Javier Milei, está
promocionando un libro en defensa de la dictadura chavista venezolana.
Anya
Parampil, periodista basada en Washington quien ha sido empleada del gobierno
ruso en la agencia de propaganda RT y forma parte del portal izquierdista The
Graystone, está presentado un libro denominado “Golpe Corporativo. Venezuela y
el fin del imperio de EEUU”. Carlson, el vocero de la derecha estadounidense
afirma que está “orgulloso de decir que le he robado [a Parampil] gran parte de
mi comprensión del mundo. No puedo recomendar [el libro] esto lo suficiente”.
El libro recomendado por Carlson lleva un prefacio escrito por Jorge Arreaza,
yerno de Hugo Chávez, canciller de Nicolás Maduro y encargado del inicio de la
destrucción sistemática de la Orinoquia y la Amazonía venezolanas para
explotación minera a manos del régimen.
En la
campaña publicitaria del libro, además de la exaltación de Carlson, figura un
comentario de un exasesor económico de Chávez, promotor del fin de las
sanciones al régimen chavista y defensor de las triquiñuelas electorales de Evo
Morales en Bolivia: el economista Francisco Rodríguez. Carlson también está
acompañado del cineasta de izquierda Oliver Stone, autor de dos películas sobre
Hugo Chávez y otros personajes de castrochavismo: “South of the Border” y “Mi
amigo Hugo”.
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El libro
recomendado por Tucker Carlson afirma que “en las décadas que precedieron a su
revolución de 1998, Venezuela fue devastada por las mismas fuerzas oscuras que
reinaron en Chile y el resto del continente sudamericano durante todo el siglo
XX: dictadura militar, una guerra sucia contra las guerrillas de izquierda y
una terapia de shock pro mercado prescrita. para beneficiar a una pequeña clase
dominante interna”. Según el libro promocionado por Carlson, la llegada de
Chávez al poder fue una “revolución política” a manos de un “carismático
paracaidista” quien declaró la “guerra a la oligarquía interna” … “después de
décadas de subyugación colonial y neoliberal”.
Según la
periodista admirada y promovida por Carlson, “se podría trazar una línea
directa entre la política contemporánea de Washington hacia Venezuela y el
golpe respaldado por la CIA que derrocó a Allende de Chile”. La “política
contemporánea” que ataca la periodista se refiere a la “visión de la
administración Trump”.
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La
estrategia de China para posicionarse planetariamente como gran potencia
rivalizando con EEUU, tiene entre sus herramientas una activísima diplomacia
que busca presencia en los más diversos foros internacionales. Pese a su
abierto enfrentamiento estratégico con India, China está procurando junto a
Rusia, convertir el Grupo BRICS en un foro de confrontación política contra
EEUU. Con la acción directa de sus socios en Latinoamérica, China creó un “foro
China-Celac” que vincula los intereses chinos con el grupo de países americanos
que excluye a EEUU y Canadá. Otro tanto ocurre con el denominado Grupo de los
77, el cual actualmente se conoce como el “Grupo de los 77 mas China”.
El Grupo 77
es una reminiscencia de los años sesenta fundamentada en la confrontación de
los países en desarrollo contra el centro. El G77 se ha convertido junto al Movimiento
de los Países No Alineados en una plataforma propagandística para la izquierda
mundial. China se presenta ahora como el gran defensor del “sur global”. Uno de
los temas que promueve la diplomacia china es la promoción de “una comunidad de
futuro compartido China-América Latina y el Caribe en la nueva era”.
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La
dictadura cubana, que detenta la presidencia rotativa fue la anfitriona de la
cumbre del G77 mas China, celebrada en La Habana el 15-16SEP23. Oficialmente la
reunión tenía como tema los “Retos actuales del desarrollo: Papel de la
ciencia, la tecnología y la innovación”. Pero la declaración firmada por los
asistentes dedica largos párrafos a la confrontación contra los países ricos: “Notamos
con profunda preocupación que los principales desafíos generados por el actual
orden económico internacional injusto para los países en desarrollo, han
alcanzado su expresión más aguda en la actualidad debido, entre otras cosas, a
los persistentes efectos negativos de la pandemia de COVID-19, las tensiones
geopolíticas; las medidas coercitivas unilaterales y las múltiples crisis
actuales, incluidas las crisis económica y financiera; la fragilidad de las
perspectivas económicas mundiales; el aumento de la presión sobre los
alimentos, la energía; […] las tormentas de arena y polvo y la degradación del
medio…”. Todos los males del planeta serían responsabilidad de los “países
ricos”.
La reunión en
La Habana fue planeada para realizarse pocos días antes del inicio del debate
de alto nivel de la Asamblea General de la ONU que arranca el 19SEP23. De esa
manera se facilitaba la asistencia de decenas de representantes de países
asiáticos y africanos que para la fecha estarían camino a New York.
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La
presencia de decenas de mandatarios y ministros deja ver que la diplomacia de
la izquierda global está muy activa y sigue utilizando el discurso
centro-periferia o norte-sur para aglutinar la vocería de países que antes se
llamaban del Tercer Mundo y ahora suelen ser denominados como “el sur global”.
Tratándose
de una organización que congrega al 70 por ciento de los miembros de la ONU, su
Secretario General de la ONU, el portugués Antonio Guterres, también viajó a La
Habana donde se le vio en reuniones bilaterales con Raúl Castro y Nicolás
Maduro. La burocracia de la ONU se hizo presente: el director de la FAO, el
chino Qu Dongyu, la costarricense Rebeca
Grynspan de la UNCTAD
La
izquierda continental se hizo presente en La Habana. Si bien México no forma
parte del Grupo, Manuel López Obrador poco dado a viajes al exterior, envió a
su canciller y miembro del Grupo de Puebla Alicia Bárcena. A Cuba llegaron
Daniel Ortega de Nicaragua, Lula da Silva de Brasil, Gustavo Petro de Colombia,
Xiomara Castro de Honduras, Alberto Fernández de Argentina, Ralph Gonsalves de
San Vicente y las Granadinas actual presidente de la CELAC y por Bolivia
asistió el vicepresidente David Choquehuanca. Nicolás Maduro llegó a su segundo
hogas, La Habana, procedente de China. Entre los mandatarios o vicepresidentes congregados en La Habana estaban los de Surinam,
Guyana, Dominica, Mozambique, Etiopía, Barbados, Laos, Irán, Nigeria, Angola, Mongolia,
Laos, Namibia, Palestina, Comoras, Sri Lanka y varias decenas de ministros más.
El enviado especial del presidente chino Xi Jinping fue Li Xi quien es miembro
del Comité Central del Partido Comunista Chino.
Raúl
Castro, quien ha progresivamente ha limitado sus apariciones públicas,
participó en diversas reuniones bilaterales y durante la apertura de la reunión
del G77.
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Lula da
Silva, aprovechando su primera visita a Cuba en su tercer gobierno, sostuvo una
reunión de trabajo con Miguel Diaz Canel y procedió a firmar dos documentos.
Mediante una carta de intención, Lula acuerda abrir un “programa de
cooperación” con Cuba dirigido al sector agropecuario en el cual se atenderán
asuntos referidos a fertilizantes, catastro y gestión de tierras, agricultura
urbana y abastecimiento agroalimentario. Otro acuerdo firmado el 16SEP23 por el
gobierno brasileño con Cuba está orientado a la producción de vacunas,
productos de diagnóstico, dispositivos médicos y otros quipos de salud.
Lula
realizaría una visita de Estado a Cuba en una fecha próxima, luego de
tratamiento quirúrgico al cual se sometería durante el próximo mes de octubre.
Lula, quien viajó a Cuba con su esposa Janja, seguiría viaje a Nueva York,
donde abrirá los discursos de la Asamblea General y sostendrá una reunión con
Joe Biden.
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El gobierno
chino mantiene una suerte de ranking para calificar sus relaciones con cada uno
de los gobiernos del planeta. A raíz de la visita de casi una semana de Nicolás
Maduro a China, el gobierno chino decidió “elevar” a la dictadura chavista en
su ranking diplomático y colocarlo en el nivel de al nivel de “asociación estratégica
a toda prueba y en todo clima”. Aparte de un viaje de turismo por parte de
Maduro que incluyó desde exhibiciones de alta tecnología hasta turismo
religioso, en paralelo su vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, quien llegó
a China tres días antes que su jefe, encabezó una serie de negociaciones para reconstruir
el esquema de apoyo chino a la dictadura venezolana.
Como
ocurría en cada una de las usuales visitas que Hugo Chávez realizó a China
durante su mandato cuando era usual la firma de centenas de acuerdos, Maduro
habría suscrito varias decenas de acuerdos cuyo contenido no ha sido hecho
público. La declaración conjunta suscrita por Maduro y Xi Jinping se refiere a
planes de cooperación en “energía, finanzas, economía, comercio, inversión,
minería, agricultura, infraestructura, comunicaciones y economía digital, y se
adherirán a los beneficios mutuos y la amistad, en beneficio de los dos pueblos”.
China habría exigido la forma de un tratado que regule y proteja sus
inversiones en Venezuela, a la vez que se comprometió a “apoyar la construcción
de zonas económicas especiales de Venezuela”.
La
ceremonia de recibimiento a Maduro en el Gran Palacio del Pueblo el 13MAR23
sirvió para demostrar el carácter de aliado político que China le confiere al
dictador venezolano. Convertir esa alianza política en una nueva línea de
financiamiento o del ingreso de China a la producción petrolera y minera
directa en Venezuela sería parte de la agenda a ser negociada en los próximos
meses.
Tras ser
recibido por Xi, Maduro partió rumbo al oeste, evadiendo el espacio aéreo
europeo y haciendo la usual escala en Argelia antes de cruzar el Atlántico para
una nueva visita a Cuba.
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