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| Evo Morales y Nicolás Maduro el 05DIC14 durante la inauguración de la sede de Unasur en Ecuador. Foto: ABI |
Cualquier resultado es posible en las elecciones
presidenciales argentinas del 22NOV15. El
kirchnerismo intentará hacer valer el peso político y económico del gobierno a
favor de Daniel Scioli. Las encuestas y el olfato de muchos conocedores, en
cambio, se inclinan por el opositor Mauricio Macri.
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El régimen venezolano impuso su decisión de no permitir la
presencia de observadores de organismos internacionales en las elecciones
parlamentarias del 06DIC15. Intentando guardar apariencias y procurando aval
internacional, el gobierno de Nicolás Maduro manipuló sus vínculos regionales
para la designación de una limitada, tardía y condicionada misión electoral de
Unasur.
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Aparte de las limitaciones prácticas impuestas a la misión de
Unasur, Maduro exigió la designación de jefes de misión aceptables para el
chavismo. El Secretario de Unasur Ernesto Samper, actuando en vocería de Maduro,
obvió la propuesta del Tribunal Supremo Electoral de Brasil, respaldada por la
presidente Dilma Rousseff, para designar al brasileño Nelson Jobim como jefe de
la misión. El veto de Maduro a Jobim generó malestar en varios gobiernos que amagaron
con no autorizar la misión que debía ser aprobada por consenso. Samper, durante
un encuentro con la oposición venezolana, contó que la conformación de la
misión a Venezuela había colocado a Unasur al borde de la división. El veto a
Jobim y las limitaciones impuestas por Venezuela hicieron que las autoridades
electorales brasileñas se abstuvieran de participar en la misión acordada por
Unasur. Los cinco enviados por Brasil fueron reclutados por la Cancillería
brasileña y no representan al autónomo Tribunal Supremo Electoral de ese país.
Finalmente los doce gobiernos de Suramérica aceptaron que el
Representante Especial de la misión a Venezuela, quien actuará como jefe
político de la misma, fuera el expresidente dominicano Leonel Fernández. Ningún
suramericano reunió las simpatías de los doce gobiernos suramericanos.
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En la mañana del martes 17NOV15 Nicolás Maduro realizó eventos
proselitistas con sus candidatos del estado Carabobo, en medio de la puesta en
servicio de algunas obras viales. A esa misma hora, en la sede del Consejo
Nacional Electoral en Caracas, eran presentados los jefes de la misión
electoral designada por Unasur. Ya a media tarde Maduro regresó a la capital para
una reunión en el Palacio de Miraflores en la cual participaron el jefe de la
misión electoral y el Secretario de Unasur. Entre los presentes, inexplicablemente,
estaba también el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, abierto aliado del
chavismo. Maduro les declaró su apego a las normas electorales lo que generó
gran optimismo entre los extranjeros presentes. El dominicano Leonel Fernández,
en entrevista con el canal oficialista Globovisión dijo al día siguiente: “salimos
de allí con buen ánimo y esperanzados de que habrá un certamen electoral que
culminará para bien del pueblo de Venezuela”.
Maduro acompañó a los visitantes hasta la puerta del Palacio
y se apuró a cambiar el saco y la corbata por un traje deportivo rojo marca
Adidas, con el cual presentaría su show semanal de esa noche, transmitido desde
el histórico palacio decorado ahora con guirnaldas navideñas. Con una imagen de
Hugo Chávez de tamaño natural como parte
de la escenografía, Maduro dijo ante las cámaras de Tv: “tengo prohibido decir
algunas cosas, tengo unos videos que no podemos pasar, pero igual vamos a
transmitirlos”. Jorge Rodríguez, alcalde de uno de los municipios de Caracas,
jefe de campaña del Psuv, expresidente del CNE y controlador desde las sobras de la institución
electoral, secundó a Maduro: “Independientemente de lo que está en el
reglamento electoral nosotros podemos y debemos decir lo que queramos…El
Presidente no puede hacer campaña en TV, pero puede decir lo que piensa para
desenmascarar a la derecha”. La promesa de Maduro a Leonel Fernández se había esfumado
en pocos minutos.
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En 1998 se aseguraba en Venezuela que el candidato Hugo
Chávez estaba recibiendo apoyo de asesores aportados por el gobierno de Leonel
Fernández en alianza con el gobierno cubano. Ya electo, uno de los primeros
viajes de Chávez fue a República Dominicana. Pocos meses después de su toma de
posesión, Chávez ordenó su primera gran “ayuda” a un gobierno extranjero a cuenta
del fisco nacional: un préstamo urgente de US$100 millones para el gobierno de
Fernández.
En abril de 2002, en medio de la crisis creada en Venezuela
por la renuncia de Chávez a la Presidencia, Fernández viajó a Caracas. Tras su
visita escribió: “Ojalá no sea tarde para que Chávez pueda todavía rectificar
la línea de confrontación que ha seguido frente a distintos sectores de poder
en la sociedad venezolana”. En aquellos días se dijo que había sido invitado
por un grupo de empresarios como interlocutor entre las fuerzas en pugna en
Venezuela, con base en que su origen político izquierdista y procubano sumado a
sus relaciones políticas y empresariales de más reciente data, parecían dar a Fernández
un perfil adecuado para el rol de mediador. Al igual que en el año 2002, para
el chavismo la presencia de Fernandez en 2015 a la cabeza de una misión
electoral de Unasur pareciera garantía de que no habrán sorpresas desagradables
para el régimen.
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La coordinación general de la misión de Unasur a Venezuela,
responsable de la supervisión técnica del proceso electoral y de la redacción
de los informes correspondientes, fue entregada a un hombre de confianza de Evo
Morales. El coordinador de la misión es el boliviano José Luis Exeni, comunicador
social y politólogo que ha formado parte del gobierno de Morales, con
experticia en asuntos constitucionales electorales pero no en sistemas
electrónicos de votación.
El 07ENE08 Exeni fue designado por Morales como su representante
en la Corte Nacional Electoral. Exeni asumió la presidencia del órgano
electoral encargado del referendo revocatorio convocado contra Morales y
realizado el 10AGO08. Exeni renunció a la CNE a mediados del 2009.
Posteriormente trabajó para el Ministerio de Autonomías, en el Centro de
Investigaciones Sociales y para la “Unidad Jurídica Especializada de Desarrollo
Constitucional” de la Vicepresidencia de
Bolivia. El 07JUL15, la Asamblea Legislativa (parlamento), con el voto negativo
de la minoría opositora, escogió seis vocales para integrar el Tribunal Supremo
Electoral. La nominación de Exoni fue impuesta por los parlamentarios del
gobierno de Morales, pese a los argumentos opositores sobre la manifiesta
militancia oficialista de Exeni.
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El vicepresidente boliviano
Álvaro García Linera, posesiona como representante de Evo Morales a la Corte
Nacional Electoral, a José Luis Exeni, el 07ENE08. Foto: ABI
La designación del boliviano Exeni como coordinador de la
misión de Unasur a Venezuela levantó críticas entre los opositores de su propio
país. Un grupo de parlamentarios bolivianos, en carta enviada a Ernesto Samper
el 17NOV15, manifestó su “preocupación latente ante la susceptibilidad de que
la imparcialidad e independencia de la observancia del proceso electoral en
Venezuela no sea garantizada por parte del señor Exeni”. Agregaron que “dicho
señor no tiene la ética y probidad para dirigir la misión de observadores”. La
carta lleva firmas, entre otros, de los senadores Oscar Ortiz Antelo, Arturo
Murillo Prijic y Carmen Guzman Montaño.
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El 18NOV15 se produjo en el Hotel Tamanaco de Caracas un encuentro
de la opositora Mesa de la Unidad Democrática con los enviados de Unasur. La comitiva
de Unasur, además de Samper, Fernandez y Exeni, incluyó al también boliviano
René Dorfler Ocampo, quien ocupa el cargo de Director de Asuntos Políticos de
Unasur y que en el pasado fue Viceministro de Relaciones Exteriores y Embajador
en Brasil del gobierno de Evo Morales. Los voceros de la MUD tenían entre sus objetivos mostrar a la misión
extranjera los elementos del “ventajismo estructural” que ejerce el chavismo en
el sistema electoral, la cual quedó patente en la propia composición de la
representación de Unasur. En medio de la conversación, Samper acusó a la
oposición de “paranoica” por negarse a firmar un documento redactado por Unasur
presentado en ese momento, como suerte de compromiso de respeto a los
resultados electorales. Los voceros opositores respondieron que en las
condiciones por ellos descritas no podían auto menoscabar sus derechos. Los voceros de
Unasur recibieron información sobre el financiamiento de la campaña oficialista
con recursos del Estado, la falta de acceso de la oposición a los medios
estatales, la creación de centros electorales “socialistas” territorialmente
controlados por la militancia chavista, la inhabilitación política de
dirigentes opositores, la suspensión de garantías y estado de excepción en
estados fronterizos, entre otros aspectos.
Al final del encuentro, Fernández preguntó sobre el número
de dirigentes oficialistas y opositores que han sido inhabilitados como
candidatos. Dado que el sistema judicial y las autoridades electorales sólo
inhabilitan a opositores, la pregunta del jefe de la misión de Unasur sonó a
grave desconocimiento de la realidad política venezolana o a peligroso cinismo.
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La enfermedad y muerte de Hugo Chávez, manejada como secreto
de Estado por Cuba y el chavismo, catapultó a Nelson Bocaranda a nivel
internacional como un periodista referencial sobre política latinoamericana.
Sus tuiteos y columnas de prensa agrietaron, para beneficio de millones de
ávidos lectores, el férreo muro levantado alrededor de la suerte del
mandatario.
Preparado al alimón con el joven periodista y biógrafo Diego
Arroyo Gil, Bocaranda presenta su libro
“Los secretos del poder”, revelando intríngulis del deterioro de la salud de
Chávez y el proceso de sucesión dentro del régimen. Pero el periodista Bocaranda
es algo más que ese episodio. Su libro trae anécdotas y runrunes de una agitada
carrera periodística que cubre cinco décadas en las cuales Bocaranda tuvo
contacto con todos los presidentes de Venezuela, Colombia y EEUU, entrevistó a
decenas de celebridades y fue testigo de excepción de hechos relevantes…no sólo
en Venezuela.
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