Informe Otálvora del 22 de diciembre de 2018
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Cancilleres Jorge
Arreaza y Carlos Holmes Trujillo en un pasillo de la ONU en Nueva York en
septiembre de 2018. Foto: @CancilleriaVE
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Las relaciones entre
los gobiernos de Venezuela y Colombia están a punto de quiebre.
Si bien ambos
gobiernos mantienen abiertas sus respectivas Embajadas, las relaciones
diplomáticas son prácticamente inexistentes desde principios del año 2017 cuando
Juan Manuel Santos ordenó el retiro de su Embajador ante el gobierno de Nicolás
Maduro. El 06ABR17, la entonces canciller de Colombia
María Angela Holguín, afirmó ante un comité parlamentario de su país que "no estamos frente a un país con el cual se
pueda tener una relación normal por la misma situación interna que tiene
Venezuela”. El 21MAY18, en una comparecencia ante la prensa en Bogotá, Holguín
afirmó que “con Venezuela tenemos una relación ausente” a la vez que anunciaba
que su gobierno no reconocía el proceso de votaciones del 20MAY18 mediante el
cual Maduro se proclamó presidente reelecto.
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Actualmente no opera
ninguna comisión bilateral venezolano-colombiana de integración o cooperación. Fuentes
de la cancillería colombiana ya desde el año 2017 señalaban el silencio que las
autoridades venezolanas mantenían ante rutinarias gestiones de la Embajada de
Colombia en Caracas. Según un alto funcionario colombiano, su representación diplomática en
Venezuela habría remitido más de 150 comunicaciones a diversas instancias
oficiales venezolanas sin recibir respuesta, en relación al caso de 59
colombianos detenidos desde 2016 en Venezuela acusado de supuestamente pretender
un atentado contra Maduro. Al igual que ocurre con la Embajada de EEUU y de diversos
gobiernos latinoamericanos, la cancillería chavista suele retrasar
inexplicablemente los trámites de acreditación de los funcionarios diplomáticos
colombianos que llegan a asumir cargos en Venezuela dejándolos en un limbo
legal. La cancillería chavista, que ha copiado el lenguaje y el estilo de la
diplomacia cubana en sus cotidianos documentos y notas de protesta contra
gobiernos extranjeros, mantiene un cerrado control de las actividades de los
diplomáticos extranjeros llegando incluso a censurar reuniones con
parlamentarios o líderes políticos opositores.
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Por indicaciones del
nuevo mandatario, la cancillería colombiana no extendió invitación a Maduro
para los actos de toma de posesión de Iván Duque el 07AGO18. Desde su campaña
electoral, Duque había dejado saber que su gobierno minimizaría las relaciones
diplomáticas con Maduro sugiriendo que procedería a cerrar la Embajada en
Caracas. Desde entonces la cancillería chavista solicitó reiteradamente una
reunión con el nuevo canciller colombiano Carlos Holmes Trujillo, pero Bogotá
manifestó no tener interés en una reunión a nivel de cancilleres. Al igual que
los representantes de otros gobiernos del Grupo de Lima, el jefe de la misión
diplomática colombiana en Venezuela, por instrucciones de su cancillería, no atiende
las invitaciones del canciller Jorge Arreaza a reuniones colectivas con el
cuerpo diplomático acreditado en Caracas en las cuales el canciller de Maduro
suele atacar al gobierno colombiano.
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Tal como relatara el
Informe Otálvora del 11AGO18, durante una cadena de televisión sobre el tema de
la explosión de un dron durante un acto oficial tres días antes, Maduro ordenó el
07AGO18 que Arreaza invitara a los representantes diplomáticos de EEUU y
Colombia para entregarles un informe de las “investigaciones”. El encargado de
negocios de EEUU, James Story concurrió a la sede de la cancillería venezolana
el 08AGO18. La convocatoria al representante diplomático colombiano fue
evaluada por la cancillería colombiana tomando en consideración la tensa
relación con Venezuela y la presencia de un nuevo mandatario en el Palacio de
Nariño. La decisión colombiana fue atender la invitación pero enviando un
mensaje implícito sobre la baja relevancia que Duque otorga al gobierno Maduro
y resaltando el apoyo colombiano a la oposición venezolana. Colombia aceptó la
invitación de Arreaza pero a la reunión convocada para el mediodía del 09AGO18
no envió al Encargado de Negocios y actual jefe de la misión diplomática Germán
Castañeda, sino al consejero Augusto Blanco tercero en la línea jerárquica en
la embajada de Colombia en Caracas. Mientras a la reunión con el jefe de la
diplomacia chavista fue enviado un funcionario de rango medio, el Jefe de la
misión diplomática colombiana en Caracas, por evidentes instrucciones de
Bogotá, asistía a una sesión de la opositora Asamblea Nacional.
En tanto, a diversos
medios de prensa de Bogotá llegaron durante el pasado mes de noviembre copias
de comunicaciones, supuestamente filtradas por funcionarios venezolanos, en las
cuales Arreaza solicita reunirse con el canciller colombiano. Mientras, el
gobierno de Colombia es uno de los más activos miembros del Grupo de Lima,
suscribió la solicitud a la Corte Penal Internacional para abrir un proceso
contra miembros del gobierno Maduro por crímenes de lesa humanidad, propugna la
imposición de un cerco diplomático al régimen chavista y junto a Ecuador
encabeza las gestiones para implementar un plan internacional de atención a la
masiva migración venezolana.
Tal como Hugo Chávez
ya hizo contra Andrés Pastrana Arango y Alvaro Uribe Vélez, el gobierno de
Nicolás Maduro rutinariamente ha denunciado inminentes acciones “contra
Venezuela” por parte de los gobiernos de Juan Manuel Santos y de Iván Duque. Los
puentes entre los dos gobiernos están prácticamente rotos.
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El 20DIC18,
autoridades migratorias colombianas procedieron a detener y expulsar al
venezolano Carlos Pino García quien figura como empleado en la Embajada de
Venezuela en Bogotá. Pino García oficialmente es un “asesor político” sin rango
diplomático por lo cual no contaba con inmunidad. Pino García, quien está
políticamente vinculado con grupos de la izquierda radical colombiana, confirmó
en entrevista con el canal radial RCN del 21DIC18 que él realizaba tareas “de hacer
contactos y establecer puentes” y dijo haber recientemente visitado el Congreso colombiano “solicitando a
algunos senadores y algunas bancadas su intervención”. En esa declaración se
quejó porque “el gobierno de Colombia no le haya respondido ninguna de las
cartas que ha mandado el canciller Arreaza”.
El gobierno colombiano
no ha hecho públicas las razones concretas para la expulsión de Pino pero las
autoridades migratorias aseguran contar con información en su contra proporcionada
por organismos de inteligencia. La expulsión fue acordada por Colombia basándose
en la existencia de “informaciones de inteligencia que indiquen que representa
un riesgo para la seguridad nacional, el orden público, la seguridad pública, o
la tranquilidad social”.
El 21DIC18 la
cancillería chavista emitió un comunicado calificando como “un secuestro” la
detención de Pino y anunció la decisión de expulsar de Venezuela al Cónsul
General de Colombia en Caracas Juan Pérez Villamizar. “Por razones de seguridad
de Estado y en aplicación del principio de reciprocidad” el gobierno Maduro
expulsó a Pérez Villamizar acusándolo de “ejercer funciones consulares sin
contar con la acreditación correspondiente”. La orden de salida del país a un alto
funcionario consular de Colombia en Caracas como contrapartida a la expulsión de
un empleado no diplomático de la embajada de Maduro en Bogotá fue un acto de
clara represalia que no puede entenderse como una usual medida de reciprocidad
ya que no existe equivalencia entre los cargos de ambos funcionarios. La embajada
colombiana informó el 11ABR18 al gobierno venezolano la designación de Pérez
Villamizar como Cónsul General en Caracas pero la cancillería chavista jamás
emitió la respectiva acreditación. Las jugarretas diplomáticas están
multiplicándose entre los gobiernos de Ivan Duque y Nicolás Maduro.
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Tal como estaba
previsto, el 19DIC18 se produjo en Bogotá una reunión de trabajo del Grupo de
Lima para continuar analizando los detalles de una declaración que sería
suscrita el 04ENE19 en Lima. El encuentro de Bogotá fue a nivel de
vicecancilleres o representantes especiales. El resumen del encuentro lo
ofreció el embajador y actual vicecanciller peruano Hugo de Zela Martínez quien
aseguró que “se ha logrado un alto nivel de coincidencia, aunque todavía está
pendiente pulir la declaración que van a hacer los cancilleres”(…) “estamos muy
satisfechos porque lo principal ha sido que se ha reafirmado la unidad de los
países del Grupo de Lima y el convencimiento de que en Venezuela ha habido una
ruptura del proceso democrático y que tenemos que colaborar para que esa
ruptura termine”. Perú propuso al Grupo de Lima la ruptura de relaciones
colectiva de relaciones diplomáticas con el gobierno de Nicolás Maduro a partir
del 10ENE19, posición no compartida por todos los miembros del grupo. El Grupo
de Lima no reconoce la legitimidad de un segundo gobierno de Nicolás Maduro
pero aún no encuentra una posición común para materializar esa postura.
En la reunión que fue
realizada en la sede de la cancillería colombiana participaron representantes
de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana,
Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía.
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La reunión de Bogotá del
19DIC18 fue la primera del Grupo de Lima posterior a la toma de posesión de
AMLO en la Presidencia y en medios diplomáticos existían dudas sobre la continuidad
de la presencia de México en este foro dedicado al “tema Venezuela”. El nuevo
gobierno mexicano envió a Bogotá una delegación encabezada por el subsecretario
para América Latina y el Caribe Maximiliano Reyes Zúñiga quien es una de las primeras
cuotas ingresadas a la cancillería de México por el gobierno de AMLO. Reyes
Zúñiga es un militante de izquierda y fue diputado regional en la ciudad de
México por el partido PRD de Cuauhtémoc Cárdenas.
El enviado mexicano notificó
de su presencia en Bogotá mediante varias publicaciones en sus cuentas en
Twitter y Facebook. En una de ellas escribió: “en la reunión preparatoria del
Grupo de Lima, México reafirma su posición de no intervención, respeto absoluto
a la soberanía y no injerencia en asuntos internos de ningún país o pueblo del
mundo y más de América Latina. Reiteramos que no vamos a romper relaciones
diplomáticas con Venezuela”. Todo indica que México se convertirá en la pieza
disonante dentro del Grupo de Lima. El partido gobernante en México, Morena,
está afiliado al Foro de São Paulo y
propugna una línea de aproximación del gobierno mexicano a los regímenes
castrocomunistas.
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¡Un saludo de Navidad
para todos nuestros consecuentes lectores!