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La canciller de
Colombia María Angela Holguín reunida con el Secretario de Estado Rex Tillerson
el 20NOV17 en Washington. Foto Departamento de Estado EEUU.
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El expresidente
ecuatoriano Rafael Correa se propone visitar Ecuador a partir del 24NOV17 día
previsto para su arribo desde Europa a Guayaquil vía Bogotá. El propósito del
exmandatario castrochavista es realizar una rápida gira partidista,
probablemente obviando la ciudad de Quito, para luego presidir una reunión de
sus seguidores quienes pretender realizar una “convención nacional” del partido
Alianza País el 03DIC17 en la ciudad de Esmeraldas. Con esa “convención
nacional”, Correa pretende expulsar del partido al presidente de Ecuador y
antiguo socio político Lenín Moreno, designar una nueva junta directiva del
partido y organizar una campaña para promover la destitución del actual
mandatario al cual acusa de “traición”. Las autoridades electorales y
judiciales ecuatorianas se han negado a reconocer a los enviados de Correa como
voceros legítimos del partido y han confirmado a Moreno como el presidente de
la organización.
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En Colombia se está
creando un explosivo cóctel con el crecimiento de los cultivos de coca y la exportación
de cocaína mediante una alianza de productores locales y carteles extranjeros,
la diversificación de los grupos delincuenciales armados ahora alimentados con
tropas no desmovilizadas de las Farc llamados “disidentes”, la activación de un
grupo no democrático como las Farc haciendo vida política abierta y con apoyo
financiero del Estado, a lo cual se suma una ausencia de acuerdos mínimos de
convivencia política entre la élite dirigente. En ese marco aparece un nuevo
elemento: la creciente migración de venezolanos. La crisis venezolana ya se
está reflejando en Colombia: el tema de los migrantes venezolanos está siendo
tratado por el gobierno de Juan Manuel Santos con otros gobiernos de la región
y el asunto ya ingresó en la agenda de la inminente campaña electoral.
El diario “La Opinión”
de Cúcuta daba cuenta el 21NOV17 de la inocultable presencia de venezolanos en
los municipios fronterizos de Tibú, Sardinata y Hacarí, en la zona del
Catatumbo colombiano, trabajando como peones en tareas de raspado de hoja de
coca. La zona del Catatumbo, situada en los linderos con Venezuela, es una de
las de mayor expansión como áreas de narcocultivos y hasta allí se están
dirigiendo grupos de venezolanos en procura de empleo mal remunerado,
compitiendo además con los campesinos locales. El caso de los “raspachines”
venezolanos ejemplifica la tragedia de la migración venezolana hacia los países
vecinos que comienza a ser instrumentalizada políticamente en los países de la
región.
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En menos de una
semana, el gobierno de Colombia envió a Washington a dos altos emisarios para
discutir con la administración Trump tres temas: el aumento de la producción de
cocaína colombiana, el proceso de paz de las Farc y las acciones conjuntas ante
la crisis en Venezuela. El 13NOV17, el vicepresidente colombiano Oscar Naranjo,
general retirado de la Policía Nacional y miembro de la delegación del gobierno
en las negociaciones con las Farc, inició una visita de cinco días a Washington
durante los cuales sostuvo encuentros con altos asesores de la Casa Blanca, con los jefes de los
departamentos de Seguridad Nacional, de la Oficina para el Control de Drogas y
de la DEA para finalmente ser recibido
por su homólogo Mike Pence. Pocos días después, la canciller colombiana María
Angela Holguín aterrizó en Washington para una audiencia con el Secretario de
Estado Rex Tillerson el 20NOV17 y una reunión de trabajo con el subsecretario de
Estado Thomas Shannon al día siguiente. Las agendas temáticas de Naranjo y
Holguín fueron virtualmente las mismas: el apoyo de EEUU a la política de
erradicación de narcocultivos en Colombia y el combate al narcotráfico. Junto a México y EEUU, Colombia estaría pronta
a crear una “fuerza de tarea naval” con proyección en el océano Pacífico para tareas
antinarcóticos. Este plan se suma a la participación de agentes colombianos en
planes antinarcóticos en Centroamérica y República Dominicana bajo el auspicio
de EEUU que se cumplen desde varios años atrás.
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Los enviados de Juan
Manuel Santos abordaron con sus interlocutores estadounidenses el asunto del
respaldo financiero de EEUU a los programas del “postconflicto”, es decir, a
los gastos que el gobierno colombiano comprometió para facilitar la reintegración
de los guerrilleros de las Farc. Venezuela también fue discutida por los
funcionarios de Trump y Santos, en cuanto a las gestiones internacionales para
la redemocratización, las conversaciones entre el Gobierno y la Oposición en
República Dominicana, la aplicación de sanciones
al régimen chavista y el impacto de los migrantes venezolanos sobre Colombia.
La canciller Holguín, al informar a la prensa sobre su encuentro con Tillerson
sacó a relucir un nuevo tema de la agenda internacional: el costo que significa
para los países vecinos la llegada de migrantes desde Venezuela que según
Holguín “representan un costo adicional grande” y “afecta el posconflicto” al
menguar los recursos disponibles para programas sociales en las áreas rurales
“abandonadas” por las Farc. Todo indica que el gobierno de Santos aspira que
EEUU abra un programa de ayuda para atender a los venezolanos que lleguen a
Colombia. Ya Colombia y Brasil crearon un esquema de cooperación e intercambio
de información sobre las migraciones desde Venezuela. Igualmente, Colombia fue
uno de los países organizadores y participantes, junto a EEUU, Brasil y Perú, del
ejercicio militar Amazonlog17 ejecutado en la Amazonía brasileña entre el 06 y
el 13NOV17. El objetivo del ejercicio fue “desarrollar doctrina” para acciones
humanitarias multinacionales en caso de olas migratorias de países vecinos. Por
cierto, el gobierno de Maduro, cuyos medios calificaron el ejercicio Amazonlog17
como una acción contra Venezuela, finalmente decidió enviar a Tabatinga, estado
Amazonas en Brasil, un oficial en calidad de observador. Un coronel del
ejército venezolano formó parte del grupo de observadores de 19 países que
atendieron la invitación extendida por Brasil.
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El 01DIC17 deberá
comenzar en Santo Domingo, República Dominicana, un encuentro entre enviados
del gobierno de Nicolás Maduro y representantes de los principales partidos de
la oposición venezolana. La reunión que está siendo organizada por la
cancillería dominicana, tendrá una duración de dos días y contará con la
presencia de siete facilitadores extranjeros: el expresidente español José
Rodríguez Zapatero, junto a Heraldo
Muñoz, Eladio Loizaga, Luis Videgaray, Fernando Huanacuni Mamani, Denis Moncada
y Miguel Vargas en su condición de ministros de relaciones exteriores de Chile,
Paraguay, México, Bolivia, Nicaragua y República Dominicana. Se prevé la
intervención del presidente dominicano en la instalación de la reunión y,
eventualmente, al finalizar la segunda jornada en caso de producirse un
pronunciamiento relevante. El propósito de la cita, que se da en medio de un
generalizado escepticismo tanto en Venezuela como en cancillerías del Continente,
sería organizar una agenda de temas a discutir y avanzar sobre ellos. La Unión
Europea que pide negociaciones “creíbles y significativas”, aprobó el 13NOV17 la
aplicación de sanciones a altos jerarcas del régimen y actualmente espera por
la reunión en Santo Domingo antes de comenzar a anunciar los nombres de los primeros
sancionados. La oposición justifica su participación por procurar condiciones
adecuadas para su participación en las elecciones presidenciales que deberían
ocurrir durante el año 2018, así como la libertad de los presos políticos, el
regreso al país de los exilados, la restitución del poder legislativo a la
Asamblea Nacional y la apertura de mecanismos que permitan el ingreso de ayuda
humanitaria para la población. El gobierno se propone exigir a la oposición el
reconocimiento de la Asamblea Constituyente creada por Maduro y que asumió
poderes “supraconstitucionales”, la participación de la oposición en una
“comisión de la verdad” y el fin de las sanciones económicas impuestas por
EEUU, Canadá, la Unión Europea al régimen chavista.
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Los preparativos para
una ronda de negociaciones con el Gobierno Maduro, coincidió con una nueva
crisis dentro de la Oposición venezolana. Bajo el liderazgo de María Corina Machado desde
Caracas y Antonio Ledezma en el exilio tras su fuga del país, fue conformado un
nuevo grupo opositor denominado “Soy Venezuela”, paralelo y enfrentado a la
Mesa de la Unidad Democrática. En un comunicado difundido en Caracas el
20NOV17, “Soy Venezuela” asegura que “la resistencia expresa y manifiesta del
pueblo venezolano ha generado las condiciones para realizar una negociación
genuina para el restablecimiento de la República”. Los objetivos de la
negociación deben ser “la salida del régimen” y los temas de la Asamblea
Nacional, presos políticos y ayuda humanitaria serían condiciones previas a
cualquier negociación. “Solamente con presión política interna, bien conducida
estratégicamente, y con el indispensable acompañamiento internacional estaremos
en posición de obligar a la dictadura a negociar su salida” completa el
grupo.
La MUD quiere negociar
condiciones electorales, “Soy Venezuela” quiere negociar con el gobierno su
salida. La Oposición venezolana no disimula una seria crisis de liderazgo y
programa político que comienza a impactar negativamente en las iniciativas
internacionales en apoyo a la redemocratización del país.
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Los expresidentes de
Colombia, Andrés Pastrana Arango y Alvaro Urive Vélez anunciaron el 24NOV17 la
conformación de una alianza con vistas a las elecciones del 27MAY18. El acuerdo
implica la selección de mutuo acuerdo de candidatos para la Presidencia y la
Vicepresidencia. Los dos políticos han rechazado los acuerdos Santos-Farc y
proponen su revisión. La decisión de Pastrana y Uribe significa la primera gran
alianza electoral en medio de un archipiélago de candidaturas ninguna de ellas
consolidadas.
